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Martes 21:30

Había pasado mucho tiempo, mucho tiempo en que no se miraban de esa forma, el año anterior no había sido el mejor para ellos, en un intento de hacer un poco más divertido su compromiso, Lu le había dicho a Guzmán que por ese año se podía enrollar con quien él quisiera, lo que Lucrecia no se esperaba era que Guzmán terminaría enamorado de otra mujer.

Pero ahora, después de tanto, ahí están cenando en el privado de su restaurante favorito, riendo y jugando, lanzándose miradas coquetas compartiendo del vino mientras Guzmán le daba de comer del postre y ella a él.

Lu estalla en risas cuando su prometido gira el rostro y se mancha de salsa de chocolate en la mejilla, rápidamente le limpia y Guzmán besa sus manos.

- ¿Te gustaría ir a bailar? - le pregunta Guzmán cuando se encontraban en la parte trasera del auto de Guzmán

- Es martes Guzmán - Lu intenta sonar responsable - mañana hay clases

- ¿Y? - inquiere el rubio - Vamos Lu - le implora tomando el rostro de su prometida entre sus manos - solo un ratito....

Los ojos del rubio brillaban como antes, haciendo resaltar el azul de sus ojos y Lucrecia no se pudo resistir ante eso, además llevaban mucho tiempo sin ir al Teatro Barceló.

- Bueno, pero solo un rato - Lu le sonríe y Guzmán como niño pequeño salta de la emoción y la llena de besos

Al entrar al Teatro Barceló, se apresuraron en subir a la zona privada, Guzmán compro una botella de champan, y brindo junto a Lu.

- Por nosotros – dice Guzmán chocando su copa con la de su prometida

- Chinchin – Lu sonría he imita su acción chocando sus copas

Se adentraron en la pista de baile, entre los demás, en ese momento solo eran Lu y Guzmán, gracias a las luces nadie podía reconocerlos, en esos momentos no eran los futuros herederos de los títulos de sus padres, simplemente eran dos adolescentes disfrutando el uno del otro.

Las manos de Guzmán recorrían el cuerpo de Lucrecia por encima del diminuto vestido que llevaba puesto, de fondo sonaba la voz de Bad Bunny en Callaita Lucrecia movía sus caderas sin compasión contra el cuerpo de Guzmán, consiente del efecto que causaban sus movimientos en su prometido.

Lucrecia se dio media vuelta y Guzmán se abrazó a su cuerpo, sus manos siguieron su curso, hasta hacer a un lado el largo cabello de la castaña para así besar su cuello, Lucrecia cerró los ojos y se entregó al contacto de los labios de Guzmán en su piel expuesta.

- Si hay alcohol hay sexo, si es contigo mejor.... - dice Guzmán antes de morder el lóbulo de la oreja de su prometida

Lu iba a decir algo intentando mantener la compostura, pues a pesar de lo oscuro que estaba el ambiente alguien los podía reconocer, pero Guzmán la hizo girar y antes de que pudiera decir algo la besó como llevaba tiempo sin hacerlo, saboreo cada centímetro de su boca, las manos de Lucrecia se aventuraron a recorrer el pecho del rubio por encima de la camisa, y gimió en su boca cuando Guzmán mordió su labio.

Siguieron bailando, tentándose uno al otro, entre baile y baile, las manos de Guzmán acariciaban a Lucrecia y ella gustosa de la fogosa atención seguía con sus movimientos de baile, hasta que la erección del rubio fue imposible de esconder.

- Creo que es hora de irnos - grita Lu por sobre la música

Las luces rojas iluminaron el rostro de Lucrecia, dejándole ver a Guzmán su mirada felina, cosa que a él lo volvía loco. Lucrecia se inflo del orgullo al ver la cara que había puesto su prometido, mordiéndose el labio sacó a Guzmán de la disco para llegar de manera apresurada al auto.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora