65

605 44 15
                                    

España - Mansión de Caleruega

Carla se paseaba de un lado hacia el otro dando órdenes por doquier, todo debía de estar perfecto para cuando sus invitados llegasen, la mansión estaba adornada de manera sofisticada, resaltando lujo y elegancia.

En la mañana todo había sido increíble, habían abierto sus regalos junto al árbol, luego habían desayunado en pijamas y juntos habían vuelto a ver "El Grinch", habían paseado por los alrededores cuando los empleados llegaron para adornar la mansión, pero luego de ese paseo, Carla había perdido los estribos al ver que había un par de cosas que no eran de su agrado, por lo cual Alicia y Samuel habían decidido guardar distancia.

La puerta de la habitación de Alicia se abre de manera lenta y su padre la observa colocar sus pendientes de oro cuidadosamente mientras se mordía el labio inferior, de la misma manera en que Carla lo hacía.

- ¿Mamá ya no está tan loca? - pregunta Alicia a su padre mientras alisaba las arrugas inexistentes de su vestido

- Estás preciosa - le dice Samuel - y no hables así de tu madre

- Lo lamento - responde Alicia asintiendo con la cabeza - es solo que nunca la había visto así de nerviosa...

- Entonces es mejor que bajemos para calmarla ¿no crees? - pregunta Samuel al ver como acomodaba el nuevo cinto de Lady el cual hacía juego con su vestido

- Bajaré en unos minutos - responde Alicia abrochando el collar de perlas que le había comprado a Lady para ese momento, pero su perrita se lo sacaba en cada oportunidad que podía - Lady quieta - la regaña

- Le diré a tu madre - dice Samuel viendo como su pequeña batallaba con su mascota - solo no tardes demasiado

- Gracias papá - responde Alicia sonriéndole grandemente y Samuel vuelve a sentir esa calidez en el pecho

- De nada pequeña - dice Samuel caminando lejos de la habitación de Alicia para tocar con sus nudillos la puerta de los aposentos de Carla

- ¡Adelante! - exclama Carla desde adentro colocando su pendiente en el lóbulo izquierdo mientras se mordía el labio inferior

Samuel abre la puerta y sonríe al verla como minutos atrás había visto a su hija, Carla lo mira por el reflejo del espejo y sonríe, la mañana de navidad con Samuel había sido muy distinta a la última que había compartido juntos, pero eso no quería decir que fuera menos especial, de hecho, para ella había sido igual de especial que esa mañana en el yate.

- Estás muy guapo - lo alaga Carla repasándolo con su mirada

- Estás bellísima - dice Samuel acercándose a ella

Ambos se quedan quietos, hasta que Carla pasa sus manos por los hombros de Samuel para entrelazar sus manos en torno a su cuello, Samuel sonríe y la acerca a su cuerpo tomándola desde la cintura, Carla por primera vez pudo respirar de manera tranquila desde que habían llegado de su paseo, estaba tan ansiosa por la cena que no había pensado ni un segundo en el regalo que le tenía guardado a Samuel.

- Ahora que lo recuerdo... - dice Carla acariciando el cuello de Samuel con la punta de sus dedos - tengo un regalo para ti

- Pensé que ya había abierto mis regalos - responde Samuel frunciendo el ceño, pero con los ojos brillantes de ilusión

- Este es especial - dice alejándose de Samuel para caminar hacia su armario y sacar una caja con forro navideño - feliz navidad

Samuel toma la caja en sus manos, se sienta al borde de la cama y como si se tratase de un niño pequeño abre la caja con impaciencia mostrándose sorprendido al ver su interior, había imágenes de ellos juntos de adolescentes, en el Barceló, en la cabaña, en las encinas, en el castillo o en la casa que una vez Carla compartió con sus padres, en algunas estaban con sus amigos, pero en la mayoría estaban solo ellos dos inmortalizando momentos.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora