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Carla estaba recostada en la cama, como lo había pensado no había podido volver a dormir, por lo tanto, se había vestido con un chándal a conjunto de color beis y estaba recostada sobre la cama con las manos sobre el vientre intentando comprender como es que había dejado pasar aquello, por precaución había vuelto a sacar cuentas y había llegado al mismo resultado.

Pensó en la propuesta de Samuel y la palabra "Matrimonio, embarazo y Alicia" se repetían constantemente en su cabeza, amaba a Alicia con toda su alma, ella era su vida entera, era su motor, era quien le había dado el valor para volver a donde realmente pertenecía, y por ella era capaz de todo, y si la única opción para no perderla era contrayendo matrimonio con Samuel lo haría, aunque no estuviera lista para dar ese paso.

Samuel... pensó en él, en cuanto lo había extrañado esos diez largos años, la manera en que habían vuelto a reencontrarse sin planearlo, la manera en que lentamente habían vuelto a enamorarse y estaba vez de buena manera y lo más importante era el vínculo que había creado con la pequeña que compartían, lo amaba, nunca había dejado de amar a Samuel y sabía que nunca lo haría, pensó en ese posible pequeño que podría venir en camino y supo que estaba perdida, porque a pesar de amar de manera profunda a Samuel no se sentía preparada para para caminar por el altar hacia su encuentro, pero por Alicia y ese bebé tendría que hacer lo que había jurado no hacer nunca, casarse solo por hacer lo políticamente correcto.

El golpe de unos nudillos contra la puerta de su dormitorio la hizo salir de sus pensamientos y volver al espacio físico en que se encontraba.

- Adelante - dice Carla y la puerta de su habitación se abre dejando ver a Alicia y a Lady

- Hola - saluda la niña caminando hacia su madre

- ¿Qué haces despierta tan temprano? - pregunta Carla mirando a su hija y el reloj de su mesa de noche que marcaba las cinco cuarenta de la mañana

- No lo sé - responde Alicia aún más dormida que despierta subiéndose a la cama de su madre mientras Lady se estiraba y acomodaba en el suelo

- Ven aquí - Carla abraza a su pequeña y besa su frente - intenta dormir aún es muy temprano

- ¿Dónde está papá? - pregunta Alicia al darse cuenta de la ausencia de Samuel

- A ido a por unas cosas - responde Carla masajeando los cabellos de Alicia para volviera a dormir - volverá pronto

- ¿Mamá? - Alicia lucha contra el sueño y las caricias de su madre y la mira a sus ojos verdes - ¿nos quedaremos juntos los tres, ¿verdad? - pregunta y Carla la mira con curiosidad

- ¿A qué viene esa pregunta? - Carla busca la respuesta en la mira de su hija

- ¿Si te cuento un secreto, no te enojas? - pregunta Alicia sentándose frente a su madre con las piernas cruzadas

- Claro - responde Carla esperando paciente a lo que su hija tenía que decir

Alicia suspira y le cuenta a su madre como ella y Felipe habían espiado la reunión que su padre y su abuela habían tenido con los ministros y lo que ellos le habían pedido hacer a Samuel, el miedo que sintió de manera momentánea al recordar la situación de su amiga Celeste y el pensar que ella podría a atravesar por lo mismo y finalmente como su padre se había negado rotundamente.

- Alicia... - Carla le acaricia el cabello y ambas se recuestan en la cama - no quiero que nunca más espíes en esas reuniones ¿está bien? - mira a su hija y ella asiente - por otro lodo... tu padre nunca haría algo como eso, es un buen hombre y respondiendo a tu pregunta, te prometo que nos quedaremos todos juntos ¿sí?

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora