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En cuento el beso hubo terminado, los doctores de cabecera de Marina se acercaron a ella arrastrando la silla de ruedas, Marina quien besaba la mejilla de Nano se separó poco a poco de su esposo al ver a sus doctores caminando hacia ellos.

- Lo lamento Marina - habla la doctora Castillo - tenemos que adelantar la cirugía

- ¡¿Qué?! - Nano mira a los doctores y se aferra a la cintura de Marina

Marina se muerde el labio para evitar soltar un jadeo de dolor al sentir las manos de Nano aferrarse a ella, sabía que no la lastimaba de manera consiente, así que de manera discreta acaricio sus manos en torno a su cintura y relajó su tacto.

- Déjenme adivinar - dice Marina a sus doctores - el tumor a alcanzado el nervio óptico ¿me equivoco? - y por la cara que pusieron sus doctores, supo que estaba en lo cierto

- Desearía que no fuera así - responde la doctora Castillo

- Llevo tanto tiempo en este hospital que ya entiendo los términos - dice Marina intentando aligerar la tención - si sobrevivo podría ser doctora ¿tú que piensas amor?

Nano quien no le había quitado ni los ojos ni las manos de encima, intenta sonreírle, pero no puede, el momento al cual tanto miedo le tenía había llegado, las manos de su esposa acariciaron su rostro y nuevamente sintió sus labios sobre los suyos, pero esta vez era distinto, porque ya no podía saborear la felicidad de minutos atrás.

- Te necesito Marina - le susurra Nano intentando retener las lágrimas - Felipe y yo te necesitamos

- Y yo a ustedes... si he seguido vivía durante todo este tiempo... solo ha sido por ustedes - lo besa una vez más y se aleja de él observando a su hijo en los brazos de Samuel

Samuel le entrega a Felipe y a pesar del cansancio que ya estaba empezando a sentir en sus piernas, lo envuelve en sus brazos, lo besa incontables veces, haciendo sonreír al niño quien la miraba un tanto confundido con sus profundos ojos azules, acarició sus rizos cobrizos y le susurro que él era su vida entera.

- Pórtate bien con papi - le pide a su hijo dejándolo en los brazos de su esposo - los amo - dice antes de besar nuevamente los rizos de su pequeño y los labios de Nano

La doctora Castillo y su interna ayudan a Marina a sentarse en la silla de ruedas y de manera fugaz todos se despidieron de ella, Carla se acerca a Samuel y entrelazaron sus dedos, observaban a Marina desaparecer lentamente por la alfombra roja intentando retener las lágrimas cuando de pronto se escucha.

- ¡Ma ma ma ma! - Felipe suelta su primera palabra dejando a todos paralizados

Marina logra que sus doctores detengan la silla de ruedas y Nano se acerca a Marina con su hijo entre sus brazos, ambos miran asombrados a su hijo y con lágrimas en los ojos Nano le pregunta.

- ¿Qué has dicho? - lo miran asombrados - dilo otra vez... anda di Mamá

- Ma ma ma ma ma - repite Felipe observando como sus padres celebraran su pequeño logro en medio de las lagrimas

- Te amo mucho - susurra Marina quintándose las lágrimas mientras volvía a besar a su hijo

- Marina... - su doctora interviene, realmente tenían que llegar al quirófano antes de que fuera demasiado tarde

- Lo sé - responde la chica observando a su esposo y a su hijo frente a ella - tengo que irme...

- Marina - Nano deja salir su nombre de manera dolorosa, sintiendo la presión en su pecho - yo...

- Lo sé amor - Marina limpia sus lágrimas y Nano la besa una última vez

Marina es alejada de los hombres que más había amado en el mundo, intentando mantenerse fuerte hasta el final del camino, pero al llegar al asesor se derrumba sin poder contener las lágrimas y el miedo que había estado guardando en su interior, "ha dicho mamá" piensa en su pequeño "al menos si muero, podré irme feliz"

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora