Realeza del siglo XXI

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En un abrir y cerrar de ojos pasaron los días, y solo quedaban horas para el recital de balé de Alicia, y todo era un caos en el piso de Carla, ya que Samuel se había quedado en la ciudad y se quedaría con ellas hasta que tuvieran que volver a Madrid, la mudanza había comenzado, habían cajas de cartón por todos lados con la mayoría de las cosas de ambas, lo único que permanecía fuera de las cajas eran los juguetes de Lady, (quien había partido de regreso a España con Nano, Aurora y Felipe, quien a pesar de tanta insistencia había vuelto a su hogar junto a su padre y su madrastra) y la ropa que usarían Carla y Alicia durante la semana así como sus útiles personales, todo lo demás ya había sido empacado y el piso a punto de ser anunciado en venta

Samuel observaba a su hija practicar sus pasos de baile en el único lugar en que no había cajas por todos lados, la sala principal, hasta que Carla hace aparición con la bolsa de Alicia lista.

- Listo, está todo guardado - dice Carla y Alicia para de dar piruetas - la tía Rebe y Caye están esperándote en el teatro de la ciudad para ayudarte con el maquillaje y vestuario

- ¿Y los accesorios? - pregunta la pequeña quitándose las zapatillas de balé para guardarlas en su bolso

- Todo está guardado - responde Carla

- Entonces no hay tiempo que perder - dice Alicia al terminar de guardar sus zapatillas y se para en la punta de sus pies para besar la mejilla de su madre - te amo

- Y yo a ti - Carla le devuelve el beso

- Vamos papá – demanda la pequeña caminando hacia el ascensor

- Enseguida voy - responde Samuel observando como su hija caminaba hacia el ascensor y él se acercaba a Carla - ¿Estás bien?

- Si - suspira cansada - es... todo esto, la mudanza, la revista, las bodas... solo quiero dormir un momento

- Entiendo - Samuel le acaricia la mejilla - no te preocupes tú ve a dormir un momento y te despierto cuando llegue

- Gracias - murmura Carla antes de besar los labios de su prometido

- ¡Papá llegaremos tarde! - exclama Alicia mirando como sus padres empezaban a besarse de manera apasionada y por mucho que le gustara que se demostraran su amor ella debía de ser puntual

Carla y Samuel sonríen en medio del beso y rápidamente Samuel camina hacia su hija, justo cuando el ascensor había llegado, Carla los observa entrar al ascensor y se despide con un movimiento de mano que es devuelto con el mismo gesto.

- Eres una pequeña mandona como tu madre - dice Samuel a su hija y ella sonríe

- Me tomaré eso como un alago - responde Alicia y Samuel ríe bajito

Las puertas del ascensor se cierran y Carla mira todo a su alrededor, realmente todo aquello la abrumaba de sobremanera, pero el verdadero problema era que, a pesar de guardar todos los recuerdos en cajas de mudanza, los verdaderos recuerdos de esos diez años no cabían en una simple caja, ni siquiera en la más grande.

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Todo el cuerpo le dolía y su corazón palpitaba con fuerza en su pecho, en sus brazos Alicia de solos tres días de nacida descansaba plácidamente y el solo contemplarla así dormirá le generaba una enorme paz.

- Hay bebés que parecen pequeños ancianos arrugados, pero Alicia es increíblemente hermosa - dice Chiara silenciosamente saliendo de la habitación de Carla - te he preparado un baño...

- Gracias - murmura Carla y con ayuda de Chiara se pone de pie

Chiara despeja su pecho tirando su cabellera rubia a sus espaldas y Carla lentamente le tiende a la bebé quien se remueve al llegar a los brazos de su madrina, Carla besa la frente de su hija y camina hacia su habitación, la verdad era que necesitaba un baño.