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Santiago de Chile – Aeropuerto

Samuel había tomado sus cosas y prácticamente había huido de Carla, dejándola sola en la mesa de aquel café, Carla lo había observado marchar lejos de ella y cubrió su rostro con ambas manos, ¿Cómo había podido ser tan estúpida? debería de haber tenido más tacto, aunque sabía a la perfección que no había manera correcta de dar tal noticia, se sentía como una tonta, y se preguntaba si había vuelto a dañarlo, se limpió una lagrima silenciosa, por supuesto que lo había dañado, después de diez año seguía dañando a la única persona que había amado de verdad.

Samuel se encerró en uno de los servicios, sentía el corazón palpitarle con fuerza en el pecho, sentía como se le cerraban los pulmones, se hundió en el suelo de cerámicas frías, no podía escuchar su propia respiración, las manos le temblaban, estaba teniendo nuevamente otro ataque de ansiedad, como pudo se abrió la camisa azul y recordó contar de uno en uno, pero no estaba funcionando, no era la primera vez que experimentara aquello, pero siempre dolía de la misma manera, siempre se sentía de la misma manera, débil, confuso y dolido, como si estuviera al borde de la locura, las lágrimas caían por su rostro de manera instantánea y su cuerpo temblaba, no sabía que pensar, no sabía que sentir y no sabía cómo debía de actuar.

Su móvil suena en medio del baño, observo el nombre de su hermanita en la pantalla y como pudo aún en medio de la crisis responde a la video llamada.

- ¿Samuel? - Rebeka lo mira asustada, no reconocía el entorno, pero ver a Samuel de aquella manera nunca era bueno, sabía a la perfección lo que le estaba pasando a su hermano - ¡CAYETANA! - exclama observando a Samuel sudar, temblar y llorar a través de la pantalla

Cayetana llega corriendo del otro lado de la habitación y Rebeka le tiende el móvil, Caye mira a su cuñado y este lo mira sin poder calmar su respiración.

- Samuel - dice Cayetana - mírame ¿vamos a respirar juntos, ¿vale? - le ordena de manera tranquila - vamos

Cayetana era la única que siempre se mantenía fría cuando Samuel tenía una crisis, era la única que podía mantenerse serena para poder contenerlo, sustentarle ayuda y confort para que Samuel volviera a la normalidad, los demás siempre perdían los estribos, en especial Nano quien aún pasaba por lo mismo. Poco a poco Samuel logró escuchar la voz de Cayetana y pudo volver en sí.

- ¿Qué ha pasado Samuel? - pregunta Cayetana aún con la voz serena mirando a su cuñado quien aún seguía sentado en las baldosas del baño

- Carla - responde Samuel

Al otro lado de la línea, tanto Rebeka como Cayetana saltaron alertas ¿Carla? ¿Qué hacía Carla con Samuel? ¿Acaso es que la rubia se había saltado al plan que habían preparado? ¿estaba en España? Cayetana no disimula su asombro, pero no explota como lo hacía Rebeka al otro lado de la habitación murmurando un "puta marquesita" cada dos por tres.

- ¿Cómo que Carla? - pregunta Cayetana - ¿Dónde estás Samuel?

Samuel suspira con pesadez, aún sentía una leve presión en el pecho, pero como pudo le contó su pequeño encuentro con su exnovia, sin saltarse ningún detalle, Rebe que ya estaba más tranquila se deja ver en la pantalla del móvil y escucha atentamente a su hermano.

- ¿Cómo es que puede ser mi hija? - cuestiona Samuel - la niña de la foto tenía como ocho o nueve años... es imposible, a no ser que... se haya ido embarazada, joder, ¡joder!

- Hey Samu - lo llama Rebe - ¿dijo algo más? - cuestiona arrugando la sabana de la cama con sus manos

- Dijo que lo sentía mucho... esa niña no puede ser mía ¿verdad chicas?

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora