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Palacio Real de Madrid
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El castillo había sido adornado a la perfección para la segunda fiesta de año nuevo, y los invitados iban impecables con sus mejores vestidos y trajes, Alicia admiraba todo a su alrededor, completamente asombrada por el lujo, las luces, el champán, las personas, todo aquello era algo que nunca antes se había imaginado ni siquiera en su imaginación podría haber elaborado un baile como el de aquella noche tan importante.

- ¿Estás lista amor? - pregunta Carla a las espaldas de su hija, quien se encontraba observando todo desde la planta superior

- ¿Todos ellos van a conocerme? - pregunta mordiéndose el labio

Carla suspira, era completamente comprensible que su hija se sintiese abrumada con todo el destello de la noche, ella misma lo estaba, no podía creer como es que los días habían pasado tan rápido y ahora estuvieran a punto de afirmar los rumores sobre la hija secreta que ella y Samuel tenían.

- No tienes que hablar con todos ellos - dice Samuel apareciendo a sus espaldas

Carla y Alicia se le quedan mirando, llevaba el mismo traje formal que la noche anterior, Carla se acerca a Samuel y este la toma por la cintura mientras que ambos le dirigen su mirada a Alicia.

- Cariño si no estás segura.... - Carla la mira a los ojos intentando encontrar alguna inseguridad en su hija, pero encuentra todo lo contrario

- Sí quiero - asegura - es solo que no me dará tiempo para conocer a todos...

Samuel le sonríe a su hija y acaricia su mejilla.

- No tienes que conocer a todos - dice Samuel y Alicia asiente - por eso te presentamos a mis amigos ¿recuerdas? ellos son las únicas personas importantes que tendrán el placer de conocerte realmente

- ¿Entonces por qué la fiesta? - pregunta Alicia sin entender muy bien

- Porque ahora... - Samuel se pone a su altura y toma sus manos - el mundo entero sabrá que eres nuestra hija y una princesa

Alicia lo sabía, sus padres le habían insinuado con anterioridad la importancia de la fiesta de esa noche, pero ahora podía entender realmente porqué era tan importante para toda su familia.

- Entonces... - Alicia mira los ojos marrones de su padre - creo que será mejor que bajemos - sonríe y Samuel le devuelve la sonrisa

Carla besa los cabellos dorados y bien peinados de Alicia, su pequeña se veía preciosa con un vestido blanco invierno el cual le llegaba a las rodillas y un recogido para todo su cabello, adornado con broches de oro y joyería a juego.

Samuel le ofrece su brazo a Carla, quien le sonríe y entrelaza su brazo con el suyo, ambos se miran a los ojos, Samuel podía notar la mirada abrumada de Carla, la confusión en sus ojos y como batallaba internamente para no tomar a Alicia entre sus brazos y salir de allí, así que se inclinó hacia ella y susurró en su oído.

- Estamos juntos en esto

Carla observa con amor esos ojos marrones y asiente hacia las palabras de Samuel, estaban juntos en esto, ella no estaba sola, ya no más. Y así confiando el uno en el otro bajaron las escaleras y Alicia frente a ellos agarrada de las barandas de las escaleras bajo la atenta mirada de todos.

Samuel se enfunda a si mismo con una coraza de hierro, todas esas personas, toda esa situación también lo abrumaba, contaba mentalmente para no perder el control y no tener un ataque como el ultimo sufrido al enterarse que era padre, Carla observó el cambio de postura en Samuel y se sorprendió, su mirada no trasmitía altivez, pero si enfundaba respeto hacia él y hacia todo lo que representaba, Carla casi no lo reconocía, pero al igual que él no tardó mucho en enfundarse con su propia armadura al escuchar el nombre de su hija a modo de miles de murmullos, sin duda el mensaje trasmitido, su presencia y la de Alicia en el balcón la noche anterior había dado mucho de qué hablar en las últimas veinticuatro horas.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora