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Miércoles 5:24


- ¿Entonces abdicarás al trono? - pregunta asombrada Rebeka quitándole a Samuel el pote de helado mientras miraba a Nano

- Lo haré - responde Nano encogiéndose de hombros

El silencio reinó en la cocina del castillo, los tres hermanos se miraban sin decir nada, Rebeka estaba completamente asombrada, Nano ya estaba entregado a la idea de abdicar a lo que era su derecho por nacimiento y Samuel no sabía que sentir o pensar.

- Me educaron toda la vida para ser Rey - dice Nano tomando una porción de helado en su cuchara - pero nunca me imagine siéndolo, yo... soy capaz de dejar todo por mi hijo - su mirada se dirige silenciosa al pequeño bebé que dormía a su lado en el moisés - sé que nuestra infancia fue privilegiada, dios nos dio una increíble infancia - sonríe al recordarlo - pero no quiero que la presión y la ansiedad, no quiero que mi hijo se tenga que medicar como yo por intentar ser algo que simplemente no eres, no solo quiero que Felipe tenga una infancia feliz, sino que también una vida de adulto saludable

Samuel mira a su hermano, sus ojos azules expresaban verdad, nunca se imaginó que Nano pudiera sentir todo eso, él nunca le dijo que se medicaba, nunca le dijo la presión que sentía, pero ahora él lo podía entender un poco más, pues no solo llevaba unas horas sabiendo que el próximo rey sería él y sentía como sus hombros se hacían más pesados.

- No sé si pueda hacerlo - comenta Samuel mirando a sus hermanos - no sé si pueda llenar los zapatos de papá - admite - o incluso los de mamá... - suelta el aire contenido - a diferencia de ti - dice mirando a Nano - nunca me educaron para ser rey

- Y sin embargo eres mil veces mejor que yo - le responde su hermano - lamento por lo que te estoy haciendo pasar, no mereces que nadie decida sobre tu fututo - sus ojos se vuelven cristalinos - a pesar de que nunca quise ser rey... nunca me imaginé...

- Ya - Samuel lo corta

- Joder Nano - habla Rebeka sintiendo como el ambiente se ha tornado algo tenso - ¿Por qué nunca nos dijiste lo que sentías? - le reprocha - podríamos haberte ayudado... te amo, pero me hubiera gustado que hubieras pensado un poquito más las cosas...

- Eso ya no importa Rebe - la interrumpe Samuel - Nano no estoy enojado - admite tomando el pote de helado de las manos de su hermana - no voy a negar que aún tengo ganas de darte una buena ostia, pero eres mi hermano...

- Samu. - a Nano se le vuelve a cristalizar la mirada

- No te adelantes tanto que iremos de a poco ¿vale?

- Vale - responde el mayor

- Además siempre está la opción de poder abdicar y que Rebe sea reina de España - dice Samuel con una pequeña sonrisa en sus labios

Rebe pone los ojos en blanco y suspira, le quita el helado a Samuel y se mete una gran porción en la boca.

- La verdad es que yo sería mejor reina que ustedes dos juntos - admite Rebe encogiéndose de hombros mientras sus hermanos le sonríen - pero dudo que el papa unja a una reina bisexual

- ¡¿QUÉ?! - sueltan Nano y Samuel al mismo tiempo

- Eso, que soy bisexual - repite Rebeka - me van los tíos y las tías... pero no todos los tíos y todas las tías... como sea – suspira encogiéndose de hombros intentando quitar peso a sus nervios internos - y tengo novia

Cada palabra dicha por la menor de los García hacía que tanto Nano como Samuel perdieran el color de su cara, Nano quería decirle que como estaba segura si solo tenía quince años y Samuel estaba perplejo, los hermanos compartieron una mirada fugas he intentaron recomponerse, después de todo no eran quien para juzgar.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora