Lunes 21:00
El cielo fue cubierto por el manto de estrellas, las cuales resplandecían en la oscuridad de la noche, pero sin duda alguna las estrellas más genuinas y preciadas se encontraban en la tierra, bajando de lujosas limusinas, con vestidos elegantes, tiaras y diamantes, cada una representando lo que eran, miembros de la realeza del siglo XXI.
- Te vez idéntico a tu padre - susurra la reina peinando los cabellos de su hijo - a él le hubiera encantado verte así... - su voz tiembla
- Madre... - Samuel le sonríe - No hagamos a los invitados esperar
- Si, es cierto
Samuel le tendió su brazo y ella se aferró a él, a paso lento se posaron en las grandes mamparas del castillo, las cuales se abrieron de par en par, dejando a la vista la larga fila de invitados, todos fueron entrando de uno en uno, reverenciándose ante Samuel y su madre.
- Majestades - Lucrecia y su padre saludan de manera perfectamente equilibrada
Lucrecia llevaba un vestido bicolor, la parte del busto era de color negro de encaje con un con un sutil escote que hacía resaltar su busto, en cambio la parte de abajo era de tul brillante color blanco y zapatos de piel rosa, su cabello estaba recogido y una diadema de pequeñas flores adornaba su peinado.
- Es un placer volver a verte Lu - la reina le sonríe - estás preciosa... es una lástima que ya estés comprometida
- Madre - la interrumpe Samuel - Pueden pasar por favor, siéntanse bienvenidos
Lucrecia solo es capaz de reír de manera leve, la primera risa en horas desde que salió enojada de casa de su prometido se tomó del brazo de su padre y ambos entraron al castillo.
- Que pesada te pones madre – le dice Samuel en un susurro
- ¿Yo? ¡Pero si fue solo un cumplido! a no ser que si sea de tu gusto...
- Madre por favor no empieces
- Bien, bien - la reina suspira resignada
Al presentarse la familia Nunier Ozuna, los tres miembros más los anfitriones, solo se dignaron a demostrar cordialidad, evitando emitir cualquier saludo expresado con palabras, la relación entre todos ellos era extremadamente delicada, desde que Nano y Marina habían huido juntos.
Sin embargo, la llegada de los marqueses fue un poco menos tensa, todos se reverenciaron de buena manera ante la monarca y el príncipe, Samuel no pudo evitarlo y analizo detalladamente el vestido de Carla, la futura marquesa llevaba un vestido largo color rosa, cruzado con volantes, aros en forma de jota los cuales estilizaban su cuello y su cabello completamente recogido, dejando al descubierto la belleza de su rostro, dejando a Samuel sin palabras.
- Sean bienvenidos - logra decir Samuel volviendo a la realidad gracias al discreto pellizco de su madre en su hombro - por favor disfrutad de la velada
Los marqueses se despidieron con un asentimiento y la reina suspiro, atenta a la mirada de su hijo, la cual no se había separado de la silueta de la heredera de los Rosón Caleruega.
- Ahora entiendo porque no te fijas en Lucrecia - dice la reina molestando a su hijo, ella sabía a la perfección la pasada historia que compartía su hijo y la hija de los marqueses, pero nunca lo sacó a relucir, simplemente guardó silencio como si los malabares de Samuel para mantener a Carla escondida en el castillo hubieran funcionado - No puedo negar que se ha vuelto una joven hermosa
- Madre por favor - Samuel se da una paliza mental por haber sido tan poco discreto en la forma en que miró a Carla - ella estuvo con Polo...
- ¿Eso la hace culpable del horrible acto que cometió el joven? - lo regaña su madre - si fuera así entonces yo sería culpable de todos los errores que cometió tú padre en su juventud... Carla no tiene la culpa, los únicos culpables están no sé dónde y por el momento no me interesa saberlo

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Realeza del siglo XXI
FanfictionCarla busca desesperadamente la manera de escapar del titulo del marquesado. Samuel pasa de ser el segundo en la linea de secesión, al príncipe heredero a la corona española. Lu, se aferra con todas sus fuerzas a su compromiso forzado con Guzmán d...