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En cuanto Marina dio a conocer su condición, todos se organizaron de mejor manera, como había dicho Pilar, no había tiempo para distracciones y todos estaban poniendo de su parte. El más perjudicado con todo era Samuel quien había tenido que sumar nuevas responsabilidades, ya no tenía que lidiar solo con su rol como estudiante, ahora también tenía que cumplir con responsabilidades como futuro heredero.

Habían llegado al acuerdo, junto a la reina y el primer ministro que, Nano anunciaría la abdicación al tono dentro de un año, específicamente después del cumpleaños de Felipe, tendrían tiempo suficiente para prepara la cancha antes del gran día y también tendrían tiempo para preparar a samuel quien dentro de poco realizaría unas de las tareas de un futuro heredero, la gira anual por toda España.

Otra de las perjudicadas también había sido Carla, Samuel estaba mucho más distante, la última vez que lo había visto fue para el bautizo de Felipe hace dos semanas atrás, ya no iba a cenar con ella a la mansión de los marqueses, y cuando ella iba a visitarlo lo encontraba enfrascado en reuniones con el primer ministro y su madre o profundamente dormido.

Carla esperaba que en aquella ocasión la situación fuera diferente, había llegado hace solo segundos al castillo y a la primera persona que se encontró fue a Marina quien tenía a Felipe apoyado en su cadera mientras que él jugaba con la cadena de oro de su madre.

Marina se miraba atareada, revisando su móvil, refunfuñando entre dientes.

- Hola - la saluda Carla distrayendo a Marina de su enfado - ¿todo bien?

- Si... no... es solo que mis padres me han enviado algo desde casa y el personal no sabe dónde ha quedado - explica afirmando a Felipe quien estaba más despierto que nunca - dicen que no lo han visto

- Bueno estoy segura de que ya aparecerá - la anima la rubia - ¿has visto a Samuel?

- Si está en una reunión... con Nano y la reina - responde Marina observando la mirada desilusionada de su "cuñada" - lo siento Carla

- No es culpa tuya - sonríe de manera fugaz - ¿estás bien? últimamente has faltado mucho a clases - pregunta Carla

- Emmm si, ya sabes lo usual, Felipe le ha dado un poco de batalla a su niñera - miente Marina, aún no estaba lista para hacer tan pública su condición con el tumor - Oh mira mi vida - Marina desvía la atención hacia su pequeño - ahí viene papi

Nano baja la escalera principal, le sonríe a su novia y a su hijo, quien al verlo empieza a patalear y a estirar sus bracitos, nadie podía creer que tuviera a punto de cumplir los seis meses y en pocos días podrían darle su primera comida sólida.

- Hola Carla - saluda Nano y ella sonríe al verlo interactuar con su hijo - Samu está en la biblioteca... ¿recuerdas dónde está?

- Si, muchas gracias - responde la rubia, se despide de los presentes y sube con delicadeza las escaleras

Samuel estaba tan concentrado estudiando la carpeta azul, en donde contenía información estricta sobre la próxima gira que él debía de realizar, estaba tan liado que no escuchó la puerta abrir o cerrarse, Carla al entrar a la biblioteca se quedó quieta observando a su novio perdido en un montón de papeles y una carpeta azul.

Siendo completamente sigilosa se acercó a Samuel por la espalda y le tapó los ojos con sus manos, Samuel saltó un poco perturbado, pero al tocar las manos que cubrían sus ojos se relajó al instante, reconocería ese suave toque en donde fuera.

- Si adivinas quien soy te doy un premio - susurra Carla en el oído de Samuel quien sonríe relajándose por primera vez en el día

- Mmm eres.... eres ¿Lu? - juega, Carla lo suelta y golpea su hombro

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora