31

586 39 56
                                    

Un mes después

Madrid, España – viernes 22:30

En un abrir y cerrar de ojos, ya había pasado un mes, un mes desde que Omar se había vuelto tutor de los chicos, un mes desde que Nadia y Guzmán habían decidido entablar una amistad más o menos sana, en donde ambos evitaban ser arrollados por los constantes sentimientos que los embriagaban, un mes desde que Ander y Rebeka habían entablado una amistad muy cercana, tan cercana que corrían rumores de un posible romance entre ellos, un mes desde que Lucrecia y Valerio vivían en su pequeño pedazo de cielo en la tierra, un mes desde que Marina le había confesado tan gran y doloroso secreto al padre de su hijo y un mes en el que Carla y Samuel disfrutaban de su noviazgo oficial.

Y por supuesto un mes en el que eran la comidilla de la prensa amarillista, Nadia y Guzmán habían sido los nuevos protagonistas, con sus salidas a almorzar o fiestas en las cuales se les veía muy cercanos y la ausencia de Lucrecia no hacía más que aumentar tales rumores de una posible ruptura entre el futuro Duque y la futura Baronesa.

Otra pareja que había sido protagonistas de ser portadas de los tabloides era Rebeka y Ander, aunque claro ellos lo disfrutaban, ya que sabían que entre ambos no había nada más que una simple amistad, Rebeka tenía informada de tales sucesos a su novia Cayetana, pero claro, la distancia entre ellas estaba causando estragos en la rubia, quien no podía evitar sentir celos del amigo de Rebe.

Rebeka estaba sentada en su tocador peinando su enmarañado cabello, ya que había llegado solo hace unas horas al castillo, ya que estaba en sus clases de baile con Ander, quien por cierto había resultado ser un gran bailarín.

- ¿Estás celosa? - pregunta Rebeka a su novia a través de la pantalla

- Claro que estoy celosa - admite la rubia sin tragarse lo que siente - te pasas todo el día con el después de clases... bailan, salen a comer, prácticamente tienen las citas que tú y yo no podemos tener

Cayetana estaba muy celosa, extrañaba a su novia, extrañaba las noches en las que salían a escondida hacia el bar de la pequeña ciudad en la que estaba ubicado su internado en Suecia, extrañaba dormir junto a ella, extrañaba sus besos juguetones, pero sobre todo extrañaba su simple presencia en cualquier salón del internado.

- Sabes que déjalo... no tiene caso - concluye Cayetana - que la paséis bien en la gala - dice antes de cortar la llamada

Rebeka se queda estupefacta, ya había visto a Cayetana celosa, pero la diferencia era que estaban juntas y que ella podía calmarla con sus besos, sin duda la relación a distancia le estaba pasando factura, porque últimamente no hacían más que discutir.

Dejó de pensar en Cayetana cuando tocaron a su puerta anunciando que la estilista ya estaba lista si es que ella quería empezar a prepararse para la gala, Rebe estuvo a punto de decirle que se fuera que no iría, pero no podía declinar a última hora, se lo había prometido a Ander.

.

.

.

En la bodega de la madre de Carla las cosas eran bastante diferentes Carla llevaba un vestido largo color negro, corte corazón, con un corte a lo largo de su pierna derecha, usaba un collar de pedrería fina, aros a juego y su cabello suelto. su acompañante aquella noche era ni más ni menos que su novio el príncipe Samuel quién se veía guapísimo con el traje que Lucrecia le había regalado para su cumpleaños.

Ambos estaban escondidos en una vieja oficina de las bodegas, todo estaba lleno de polvo y a oscuras, Carla se encontraba atrapada entre la puerta y Samuel quien estaba medito entre sus piernas con su lengua masajeando el clítoris de su novia.

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora