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MARATÓN 5/5

Madrid – España

Jueves 7:30 am

Carla se adentra al castillo, y mil recuerdos inundan su mente, Pilar la había citado para las ocho de la mañana, sin embargo, ella había decidido llegar con media hora de anticipación sin pensar en las sensaciones que embargarían su cuerpo en cuanto volviera a uno de los pocos lugares en donde había sido realmente feliz.

Sin ser interrumpida camina sin prisas por los pasillos, recreando en su mente millones de situaciones vividas con sus amigos, pero en especial con Samuel.

- ¿Carla? - la mencionada se gira y se encuentra con Pilar vestida impecablemente - creí citarte para las ocho...

- Lo lamento majestad - se disculpa Carla sin olvidar su diplomacia - he decidido adelantarme por si surgía un inconveniente.... lamento si fui inoportuna

Pilar asiente, tener a Carla frente a ella era una sensación extraña, había llegado a amar a Carla como a una hija, la veía como la perfecta compañera para Samuel, porque en ellos podía recordar el amor que sintió con Felipe, su esposo fallecido, pero aun así no podía olvidar el daño que le había causado a su hijo.

- Para nada, el desayuno aún no está listo - responde Pilar caminando hacia Carla - pero que mi presencia no te impida seguir con tú paseo

Carla asiente, ella también se sentía extraña, respetaba y admirada a Pilar como a muy pocas mujeres, por muchos momentos se sintió refugiada en sus brazos de pequeña, la había salvado de innumerables castigos de adolescente, y sin embargo ella había desaparecido de la noche a la mañana sin dar explicaciones a nadie.

- Para nada - responde Carla retomando su caminata por los pasillos del castillo, esta vez con la compañía de Pilar a su lado

El pasillo se extiende frente a ellas y en uno de los rincones observa un jarrón de color azul marino con rosas blancas, sin poder evitarlo sonríe y Pilar la mira intrigada.

- ¿Por qué sonríes? - pregunta Pilar al notar que se detienen frene al jarrón

- El jarrón... - responde y se atreve a tomarlo con sus manos examinándolo de cerca y pasa sus dedos por las grietas - a los diez, Lu y yo jugábamos a las escondidas - dice - estaba todo oscuro y rompimos el jarrón - le enseña las grietas a Pilar y ella lo mira sin poder creerlo - Samuel y Guzmán lo volvieron a pegar

- ¿Me estás diciendo que pasé diecinueve años con un jarrón roto en mi casa? - Pilar la mira incrédula al notar las grietas

Sin embargo, Carla guarda silencio al procesar la pregunta de Pilar, diecinueve años, casi veinte años atrás, eran unos niños, sin más preocupaciones que la escuela y ser buenos amigos entre ellos, lo cual la llenó de nostalgia y una sensación de vacío en el pecho.

- No puedo creer como ha pasado el tiempo - dice Carla dejando el jarrón en su lugar para retomar su paseo por los pasillos del castillo

- ¿Cuántas reliquias rotas tengo en mi casa, Carla? - pregunta Pilar mirando a la rubia con el ceño fruncido

- Si se las digo, no me creería - responde Carla sonriendo ligeramente - este lugar... tiene muchos recuerdos

- Historia - la corrige Pilar - estos pasillos cuentan historias, de amor, engaño, traición... hemos vivido aquí por tanto que se nos olvidan las personas que nos lo precedieron

- Tiene razón - Carla asiente con la cabeza

- Dime una - Pilar la mira a los ojos y ella vuelve a sentirse como una niña pequeña - una historia de ustedes

Realeza del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora