XLVI 1/2

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Estoy plantada frente al edificio donde una vez sentí que era mi zona de confort. Pero no, ya no lo es. Alexer se posa a mi lado, mirándome de reojo.

Pensar que debo volver ahí e intentar fingir que nada pasa me revuelve el estómago.

—Solo hasta la graduación, ¿Bien?

—Te voy a extrañar hasta entonces. —le muestro mi mejor sonrisa. Él se acerca a mi colocando sus manos sobre mi cintura y pega sus labios a los míos.

Lo peor de todo, es que siento que no volveré a verlo. Es una sensación extraña, casi es un presentimiento. Alejo esos pensamientos y me concentro en disfrutar de este momento, de él, su fuerza y fiereza con la que suele tocarme.

—Y... ¿Si incendiamos el campus? Así te veo antes. —suelta una carcajada y ladea la cabeza.

Adoro sus gestos y todo de él.

—Puedo hasta torturar al presidente si así lo quieres, hermosa. —me susurra al oído.

Aún siento esos terribles dragones en mi estómago, siento que Alexer es el único en el que puedo confiar. Porque no solo me  mostró el cielo, si no que me hizo sentir que podía tocarlo con solo una mirada suya o una caricia.

¿Fue realmente el cielo?

No, fue el infierno... Pero ante mis ojos, el cielo.

—Me ocuparé de unos pendientes aquí pero te buscaré. Siempre lo haré. —murmura lentamente. Me separo de él y me alejo hasta llegar a las puertas del edificio pero antes me giro a verlo.

—Hey. —atraigo su atención. —Esperaré.

—Sage, ¿Te sientes mejor para seguir con las charlas en psicología? Podrás ver de nuevo a los chicos y Perla ha preguntado por ti muchas veces. —cierro los ojos y maldigo interiormente. Otra vez ir a esas... "Charlas"

—Estoy bien, mamá. Pero ¿No entiendo que me pasó? Siento que falta algo... —miento.

—Tu cabeza creó a alguien solo para que no te sientas sola, con todo lo que te sucedió creaste en tu mente a alguien para no sentirte sola.

Quiero arrancarte los ojos, mamá.

Mañana es la graduación. Mañana me voy, debo soportar solo por hoy.

Me aliento interiormente, me contengo de tirarle todo lo que tengo en mi habitación y huir de aquí.

—Mañana me gustaría asistir a la graduación, si no te molesta claro. Creo que es algo especial para las jóvenes de mi edad y...

No me deja continuar, le pone más velocidad al auto y me tenso por completo para no estrellar su cabeza contra el vidrio.

Estos pensamientos no son normales.

—¿Sabes que habrán bebidas alcohólicas, de seguro drogas y jovencitos hormonales? Temo que no es buena idea...

Puf, mamá. Alexer no dejaría que me toquen siquiera, tampoco yo dejaré que alguien lo haga.

—Mamá, estaré bien. Puedo decirle a Pamela o... Perla que vengan conmigo ya que no tengo pareja.

Pamela tiene información de ti mamá. Por eso no quieres que yo la vea. Puedo verlo escrito en tú rostro de horror y confusión disimulado.

Pamela me sirve.

—¿Pamela? Hija.. ella... —balbucea y asiento rápidamente intentando que no se niegue, se supone que es como antes y debo obedecer.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora