XLII

6.1K 724 188
                                        

Los pasos se vuelven más cercanos, ruego interiormente que Kyler o Alexer lleguen a sacarnos de aquí, antes que Jonas me lleve con él, no es un buen tipo y ahora entiendo los rumores que decían sobre él hace tiempo.

—Ahí vienen. —susurra Darwin.

—¿Conoces a Lorie? Ella es la que nos trajo, y creo que Jonas trabaja con ella. —de solo mencionarla Darwin cambia su expresión de pánico por una de asombro y horror.

—¿Que dijiste? ¿Lorie? ¿Cómo...como es ella?

—Rubia y...

—¡Me cago en..! —la puerta de metal es abierta. Se deja ver Jonas junto a Nathalie, ella lleva igual la venda en los ojos, su cuerpo magullado y con su ropa casi destrozada.

Darwin se arrastra hasta mi. —No confío en Nathalie, estuve investigando. No puedes ir con él.

Asiento.

—No voy a dejar libre a este, parásito. —habla Jonas refiriéndose y señalando con la barbilla a Darwin.

—Entonces no iré contigo. —lo amenazó  —Tienes que liberar a Nathalie y Darwin.

—¿Nathalie? Oh, es cierto. Ella aún no te lo dice... —acaricia el cabello de mi amiga y ella se aleja. —bien, lo pondré en libertad pero tú vienes conmigo.

Asiento, él va en dirección del pelirojo de Darwin y se apresura a quitar las cuerdas gruesas que inmovilizan el cuerpo. Nath se queda de pie, no habla ni se mueve. Tiene sangre seca en sus mejillas y su cuerpo como si se hubiera bañado en sangre.

—Vámonos. —deja las cuerdas de Darwin medias flojas y se acerca a mi. Saca el candado de las cadenas de mis piernas, por fin puedo levantarme, estar en la misma posición durante mucho me deja algo adormecida.

—¡Cop Daniels! —la puerta de metal es golpeada salvajemente, la voz de Lorie grita el nombre de Jonas repetidas veces. —¡Vuelve aquí, Bastardo! ¡No te los vas a llevar!

—¿Ahora? —le pregunto entrecerrando los ojos.

—¿Que? —responde él, tranquilo de la vida.

—¡Cómo vamos a salir, Jonas!

—Tranquila, princesa. —sonríe para luego caminar a una de las paredes, las patea y... Uno de ellas es falsa, ahí se dejan ver varias tuberías. —Es un laberinto, solo yo sé cómo salir, así que siganme. ¡Rápido!

Veo de reojo a Nath, Jonas se va apresurado a los tubos antes de cruzar se detiene y me mira. —Después de ti. —su mirada viaja a Darwin. —Bicho, ayuda a la ciega.

Gruño por sus órdenes, voy primero en el camino. Me quiere caminando en donde pueda verme, seguramente no confía en mi.

Él me guía por los caminos con su mano, aquí los sonidos hacen eco. Seguimos el camino entre varios tubos, cañerías y huecos donde chorrea agua con mal olor.

—¡Puaj! —se queja Darwin.

—Cállate. —le ordena Jonas.

Logro dejar de estar frente a Jonas para ir detrás de él con la intensión de acercarme a mi mejor amiga, a Nath.

—Nath... Perdóname. —mi voz se quiebra de solo mencionar su nombre. Ella sigue en silencio. —Nath, por favor... No tenía ni idea, yo solo...

—Ya no es Nath, es Nathalie, para ti. —me corta y es lo único que me responde.

Termina de romperme con esas palabras tan duras y secas. Sé que es mi culpa por no venir cuando me llamó, pero tampoco tenía idea de dónde es, no tengo forma de acercarme a ella con la culpa que me invade.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora