S I E T E

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—¿Que..? —no me deja terminar, sus dedos hacen una ligera presión en mi muñeca, detuvo mi paso, mi corazón vuelve a latir sin control alguno.

Me quedo sin aire por unos largos segundos, no hace más que quedarse en silencio, pensando o esperando a que sea yo quien hable.

—Alexer...

No responde, decido encararlo, me giro y miro directamente a los ojos y como si hubiese leído mi mente, tira de mi provocando que mi espalda se pegue bruscamente contra su pecho.

—¿Por qué estas huyendo? —repite, siento su tono enojado, como si intentase contenerse o algo.

—Yo..

—¿¡Por qué huyes de mi!? —vocifera enronquecido, lo cual me asombra, Alexer nunca me ha gritado... Algunas veces, pero no de esta forma.

Parece enojado, realmente enojado.

—¿No me recordabas, Calabacita? —su voz está lo más calmada posible.

Me da a entender que algo en él lucha contra esa parte enojada, me quedo desconcertada.

Su brazo se desliza por mi vientre logrando apegarme a su cuerpo y evita que me aleje de él. Su respiración caliente en mi mejilla y en mi cuello, provoca mil escalofríos.

Él se queda inmóvil, quiero alejarlo de mi por ser tan idiota durante todo el tiempo, quiero golpearlo, gritarle pero nada sale de mi, solo siento mi piel erizarse ante su tan deseado contacto.

Desprende un peculiar aroma tan masculino, varonil y otro aroma que no sé describir, es como tabaco pero diferente.

—Alexer... —vuelvo a hablar apenas audible, mi respiración se congela cuando me suelta.

¿Eso fue todo? ¿No va a darme una explicación?

Sin previo aviso me gira hasta tenerme de frente, coloca una mano en mi cuello, de inmediato me acerca y me besa.

Quisiera decir que resistí a sus labios, que mi ser no responde a él pero es querer mentirme, el tiene un increíble poder sobre mi a pesar de no haberlo visto durante un año y dos meses. Siento nuevamente dragones en mi estomago, y he comprendido algo;

Nunca lo dejaré de amar, nunca voy a lograr sacarlo de mi corazón.

Sus labios suaves y apetitosos se mueven con brusquedad, deslizo mis manos por sus hombros, en segundos mi espalda hace contacto con la pared fría del edificio donde vivo. No me suelta, al contrario la intensidad de nuestros movimientos sube y baja por él que me besa de una manera que me trae loca, solo sigo el ritmo que lleva.

Su pulgar en mi cuello se mueve sutilmente, a los segundos nuevamente su mano libre me aprieta contra él posesivo su cuerpo duro encaja con el mío como dos piezas al estar muy juntas, mi cuerpo empieza a vibrar terriblemente por él.

Finaliza rompiendo el beso, veo formarse una sonrisa en sus ahora rojos labios. Subo la mirada encontrándome con sus increíbles ojos azules tan hipnotizantes y atrayentes.

¿Lo raro? Porqué hay algo raro en él. Sus pupilas. ¿Que tienen? Están demasiado dilatadas.

—¿Sigues sin recordarme, Sage? Porque puedo... —un carraspeo. Eso basta para interrumpirnos. Su agarre se hace débil, aprovecho para separarme de él, siento mis piernas débiles por tal beso.

—Creo que interrumpo algo... —la voz de Darwin llega a mis oídos, dirijo la mirada a él, tiene una expresión seria. Escucho de parte de Alexer un gruñido. —Nath, me pidió que venga a buscarte, está preocupad...

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora