Sábado 07 de Julio, 2007.
SAGE BRONOVA.
—¡Por qué me la quitaste! —le grito a la niña de cabello corto.
Mamá va a castigarme, ella va a golpearme por desobedecer.
No quiero que me castigue, me arrodillo en el barro, con lágrimas desesperadas busco entre el barro y la tierra húmeda, la cinta que cubre mi cuello.
—Era muy fea de todos modos. —responde ella y me saca la lengua antes de irse.
—No, no... —mis ojos se nublan por las lágrimas que ahora salen sin control recorriendo mis mejillas. La marca de mi cuello está cubierta por mi cabello, pero eso no es suficiente.
Tengo que encontrarlo, tengo que encontrarlo...
Excarvo con mis manos en la tierra buscando con desesperación para cubrir aquella marca que mi madre me prohíbe mostrar a la gente.
Pero solo consigo ensuciar de barro mis brazos y el vestido. Poco a poco veo que anochece y tengo que volver a casa, incumplir dos reglas puede ser peor.
Me levanto y sacudo la tierra de mi ropa, observo a mi vestido está hecho un completo desastre, mi vestido ahora parece otro, lleno de barro y suciedad por todas partes.
Empiezo a caminar con las manos retorciendo una parte de mi vestido a ambos lados, los nervios me tienen llorando de camino a casa. Camino y camino por las calles que he aprendido a reconocer para regresar a casa, cuando mamá tiene sus citas con sus pocos pacientes aquí, tengo que regresar sola.
Los nervios aumentan cuando llego frente a la puerta de la casa, mis manos tiemblan al golpear mis nudillos contra la puerta. A los minutos es abierta y ahí veo a mi madre, con la ropa formal que usualmente usa con sus pacientes, sus ojos me miran de par en par.
Bajo la mirada y empiezo a torcerme los dedos de las manos contra mi espalda.
—Entra. —ordena y el duro tono me hace temblar en mi lugar.
Haga lo que me dice, mamá cierra después de entrar, se gira y se acerca a mi. Me toma del mentón y me obliga a girar el rostro para que vea la zona donde se encuentra mi marca de nacimiento.
—¿Que sucedió? —pregunta claramente enojada.
—Ella.. —mi voz se rompe, las lágrimas vuelven a salir. —Me quitó la cinta y la perdí, estuve buscan...
—¡Suficiente! —pego un brinco y me callo de inmediato, su mano impacta contra mi mejilla, pierdo el equilibrio y caigo contra el sillón.
Empiezo a llorar sin control pese a mis sollozos me levanto dispuesta a irme a mi habitación pero me doy cuenta que eso no es todo cuando veo a mamá salir de la cocina con un cuchillo en su mano.
Varios escalofríos recorren mi cuerpo, desde los dedos hasta mi nuca.
—No vas a gritar, acabaremos con esta maldita situación. —tira de mi brazo y me inmoviliza entre los suyos, logra liberar su mano derecha y con ella acerca el cuchillo a mi cuello.
Sin ningún tipo de remordimiento, intenta enterrar la punta y remover la zona de la marca a sangre fría.
—¡No! ¡Mamá no! ¡Mamá, por favor! —mis lágrimas corren sin fin por mis mejillas, siento el filo del cuchillo contra la marca que tengo desde que nací, entro en un estado extraño donde empiezo a retorcerme sin fin intentando soltarme de su agarre.
Forcejeo con mi madre por mi libertad, el cuchillo cae a varios pasos más lejos de nosotras, me suelto de su agarre y cuando quise escapar de mi mamá, me toma de los pies, provocando que de un paso en falso y me estrelle contra el cemento de la ventana.
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ALEXER. CORRIGIENDO
Misterio / Suspenso1| La realeza maldita. COPYRIGHT © 2020 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de este libro, sé original y creativo...