XXXIII

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Las miradas de las personas se posan en nosotros por la repentino levantada de Alexer, no le agrada la idea de que busque respuestas en otro lado.

—Sage, ¿No recuerdas que si no llego él pudo haberse pasado? Lo has olvidado.

—Alexer... Por favor. —tomo su mano y hago mi mayor esfuerzo para hacer que se siente de nuevo. —Yo lo sé, no lo he olvidado, pero necesito saber muchas cosas.

Logre tranquilizarlo un poco, se sienta pero sigue con la mandíbula tensa.

—¿Que te hace pensar que él tiene las respuestas a tus preguntas? —me cuestiona fijando sus ojos en los míos.

—¿Cómo sabe donde vivo? ¿Cómo fue posible que conozca mi nombre y lo que decían de mi?

—Eso es fácil. Él es un asesino. —me congelo en mi lugar. —No entiendo el motivo para querer buscarlo.

—Yo necesito respuestas. —aclaro sin desviar la mirada. —Y sé que aunque lo sepas no me las dirás.

—¿Por qué no te las diría? Hay cosas que no tengo certeza de si son verdad, no puedo decirte cosas que no he comprobado. ¿Entiendes?

—¿Te has acostado con mi madre? —lo suelto desviando el tema. —Necesito saberlo.

—¡No! ¿Cómo? —se inclina acercándose con un semblante amenazador. —¿Crees que podría acostarme con tu madre? ¿Me crees capaz de eso?

—¡No! Solo... Lo imagino, no puedo con lo que ella me confesó, me ha creado una inseguridad enorme. —aparto la mirada.

Y mi inseguridad es fuerte. ¿Quien no preferiría a una mujer libre de rumores, nadie dice que sea asesina. ¡Lo hacían! Pero era más a mi. ¡La princesa maldita!

Él me toma del mentón y clava su mirada en la mía.

—No tienes que sentirte mal por ella, no es un ser agradable, creo que ninguna madre puede tratar así a sus hijos. —arrugo las cejas.

Y en parte tiene razón, porqué... Por más que intenté esforzarme nunca se veía o sentía orgullosa de mi. No me da eso que a los demás si.

Es experta en hacer sentir bien a sus pacientes pero a mi... ¿A mi? Yo no formo parte del grupo.

—¿Crees que ella no sea mi madre, por como me trata? —las palabras abandonan mi cuerpo sin pensarlas, es una duda que me acaba de surgir.

—Es lo que intento verificar. Pero creo que no lo es. Y...

—Hombre. —un hombre del lugar le interrumpe al tocar el hombro de Alexer.

El rubio no reacciona muy bien al ser tocado. Mira la mano sobre su hombro y luego al sujeto que de inmediato la quita por la fría mirada de Alexer. —Te buscan afuera.

Con su dedo señala fuera de BLENZ, Alexer se levanta mirándome y luego ve por la ventana de su lado.

—¿Eh? ¿Quién lo busca? —inquiero mirando a Alexer.

—Espera aquí. —su voz sale tranquilamente seria, seguido se dirige a la salida de BLENZ.

—No, no... ¡Espérame! —me levanto pero el rubio ya salió, mis ojos caen sobre el sujeto. —¿Quién lo busca? ¡Hable!

—La policía. —dice antes de girarse e ir también detrás de Alexer, tomo la palabra como un golpe directo al pecho.

Mi corazón se detiene.
Me olvido de cómo respirar.
Un escalofrío recorre mi cuerpo.

—No, no, no.. —me encamino a la salida, observo desesperadamente por las ventanas a dos autos de policías estacionados.

Y, Alexer está hablando con ellos.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora