ALEXER. CORRIGIENDO

C E R O

Un homicidio, uno más para la lista en el pueblo de Frelighsburg. El pueblo nunca había presenciado o si quiera ser consciente de alguna muerte provocada en el pueblo. A pesar de los rumores y de cómo se conoce al pueblo.

Digamos que "este pueblo" está lleno de personas buenas, las cuales no serían capaces.

Sin embargo, desde el primer homicidio, empezaron a crear rumores; sobre mi familia, sobre la familia Bronova.

Pero... Después de mucho tiempo y algunas muertes sin explicación alguna, sin marcas que identifiquen al autor; literalmente un asesinato limpio.

Ahora me culpan, bueno… Nos culpan, pero más a mi. Desde las imagenes de una jovencita saliendo de casa, caminando por las calles y huyendo del lugar donde estaba el cuerpo. Antes de eso solo eran suposiciones, solo rumores. Comenzaron a intimidarme y tratarme cegados por su temor y su venganza.

Unos furiosos, atacándome y otros sembrando temor hacía mi.

Al segundo tipo casi no me los cruzo, los que si se encargan de hacerme arrepentir de pecados que no cometí son el primer grupo; Cegados de venganza, furiosos y listos para atacarnos.

—¡Sal de tu protección, princesa maldita! ¡Sabemos que fuiste tú! —gritan a todo pulmón afuera de mi casa, es de noche y ellos están sedientos de venganza, con ganas de quemarme viva con la vieja tradición que aún se conserva; quemar a las brujas. 

Me asomo por la puerta de mi casa como las veces anteriores, el miedo me da ganas de vomitar y a la vez llorar, yo no soy culpable de lo que se me acusa.

—¿¡Yo que les hice?! ¡NO MATÉ A NADIE! —Grito a todo pulmón, los presentes frente a mi me miran con repudio y asco.

La madre de uno de los recientes muertos se encuentra frente a mi, destrozada y con el odio en su mirada clavada en mi, sus miradas solo me rompen más.

Louis Banner, el chico que vino a mi casa a buscarme para hacer un trabajo, estaba.. Muerto.

Él es el décimo homicidio en la lista de crímenes recientes de Frelighsburg. Si, no tenían pruebas suficientes aunque todo parecía apuntar a mi. Al principio no pensaron que podía ser una involucrada, hasta que dijeron que su última salida fue conmigo, todos tenían alguna conexión conmigo que me hacía sospechosa; como compañeros y amigos.

Sería incapaz de dañar a quienes sólo querían ser mis amigos.

—¡Tú eres la asesina! ¡Tú mataste a mi hijo! —me acusa en medio del llanto, toda la gente detrás de ella empieza a murmurar, y ahora me apuntan como la peor criminal. —Eres una…

—¡FUERA DE MI PROPIEDAD! —aparece mi madre, Solange Bronova. Sus cabellos rojizos daban mucho de que hablar sobre todo porque la acusan de bruja.

Se esparció el rumor de que las brujas habían llegado, todos aquí señalan los colores llamativos en el cabello como; el color rojo y naranja.

Dicen que somos unas cualquiera, que somos el mal y todo lo peor del mundo. Que a partir de las frecuentes muertes de chicos que se acercaban a mi, nosotras tenemos una maldición, luego especularon que hicimos sacrificios con ellos.

Las Bronova malditas; fuimos bautizadas. Mi madre Solange como la Reina maldita, yo como la Princesa maldita, solo somos ella y yo en un pueblo de "santos".

—¿QUE QUEREMOS? ¡JUSTICIA!

—¡QUEREMOS JUSTICIA! ¡QUEREMOS JUSTICIA!

—¡Las Bronova malditas están acechando nuestro pueblo! ¡Matarán a nuestros hijos, Louis no será el último en la lista de homicidios de nuestro amado pueblo. ¡¿Quién seguirá!?