C U A T R O

21.7K 2K 445
                                    

Un escalofrío recorre mi espina dorsal al oír el “calabaza” pero no es él.
Si no alguien que pide una estúpida tarta.

Es solo la palabra que me tiene sensible, no puedo escucharla de la misma forma.

Alexer me decía calabaza, por que cuando llegó con su familia, mi madre me obligó a llevarles una tarta de calabazas y lastimosamente, vió una foto en el living de casa, yo tenía unos 5 años y estaba disfrazada de calabaza por un trabajo de clases.

Desde ahí, Alexer me llama calabacita o calabaza. Y yo le empecé a decir sol por su cabello rubio que brilla literalmente como uno. No le gusta que le llame así, a mi tampoco me gusta que me llame calabaza, pasé pena en la actuación vestida así.

Ahora extraño oír su voz, extraño los días en los que golpeaba mi ventana con pequeñas piedras solo para hacerme compañía en la ausencia de mi mamá.

—¿Vas a comer tu hamburguesa? —pregunta Nath, sacándome nuevamente de mis recuerdos.

—Toma, engórdate. —sonrío, ella hace una mueca burlona y lo recibe, ella no tiene que hacer dieta por mi culpa, lo que no entiendo es por qué mi madre quiere eso, siento que estoy bien, corro todas las mañanas durante 9 meses, además mi contextura es delgada.

No entiendo su afán de querer tenerme ocupada hasta en las mañanas.

—Aún no comprendo, por qué tu madre se ha vuelto tan... mala con la comida. ¡No te deja ni comer pizza! —se inclina para hablar bajito. —La pizza, es la cosa más deliciosa, después de la hamburguesa, claro.

—Si. Realmente no entiendo a mamá, a cambiado.. quizás es estrés, quizás solo esta paranoica conmigo

—No la defiendas. Eso no es excusa, Sage. —frunzo el ceño, es verdad. ¿Por qué está así?

—Tú madre, es muy rara.

Lo sé, no es la primera que me lo menciona. Tiene ciertas actitudes raras no siempre, pero a veces parece como si yo le estorbase.

Terminamos nuestro desayuno nutritivo, salimos y nos saltamos el cardio, no correr por un dia, ¿Que podría pasar? ¿Que se entere mamá? Espero que no.


Caminamos acercandonos al centro comercial, Nath está pegada a mi con su brazo enrollado al mío.

Necesitamos un vestido para esta noche, se encargó de conseguir invitación por parte de Darwin Greet, un compañero que tenemos en común en una sola clase, no compartía mucho con Nath hasta que se hicieron amigos y luego nos presentó.

Nathalie no quería que me deprima en mi pieza, marcando el número del estúpido de Alexer. Realmente me ha decepcionado. ¡Es un imbécil!

Un imbécil que sigue gustándome.

—Te verías bien con el vestido azul. —menciona Nath, colocándome un vestido 2 dedos sobre las rodillas de color azul por sobre mi ropa. —Mhm...

—No, a mi mamá no le va a gustar. —niego con las manos y me aparto.

—No es para ella, puedes salir como monja y te cambias en mi casa. ¡Fin! nadie se entera.

—No sería la primera vez que hago eso... —desvío la mirada apenada.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora