Q U I N C E

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—¿Estas segura? —pregunta dudoso.

—Si, no todos los días tengo esta oportunidad. —continuo quitando mis demás prendas hasta quedar en ropa interior.

¿No es lo mismo que una ropa de baño? No veo la diferencia. Aparte Alexer ya me ha visto así cuando íbamos al lago. La primera vez, si fue algo vergonzosa, pero no lo fue por mucho tiempo.

Guío la mirada a él, lo veo quitarse la chaqueta negra de cuero, seguido su camiseta. Esbozo una amplia sonrisa con forme rápidamente recorro su marcado y trabajado cuerpo que vi tantas veces en mis sueños.

De repente mi mirada se pierde en su hombro derecho.

—¿Te hiciste un tatuaje? —observo fijamente. Veo que tiene un zorro tatuado. Se ve hecho tan perfectamente bien.

—¿Eh? —sigue mis ojos, se queda unos segundos mirando su hombro, donde hay tatuado un precioso zorro, con ojos disparejos. Uno morado... Como yo, ¿Realmente estoy viendo esto? —Si..

—¿Por qué..? —me preparo para cuestionar pero no me deja terminar.

Tan pronto como siento su mano tomar la mía el agua helada hace contacto con mi piel. Se me eriza todo por completo. Casi doy un brinco de no ser que Alexer prácticamente me arrastra hasta lo suficientemente dentro para que el mar cubra por sobre mis pechos.

Con mis manos empiezo a lanzarle agua a su perfecto y envidiable rostro.

—¡Torpe! Eres un..! —me interrumpe con un beso que consigue callarme, siento la urgencia que tiene por besarme.

Descanso mis manos sobre sus hombros y enrollo mis piernas alrededor de su cintura, pequeñas gotas del cabello de Alexer se mezclan en el exquisito beso, sus labios pueden llegar a ser tan adictivos, tan terriblemente irresistibles.

Su cuerpo y el mío juntos, me quita el frío instalado por el mar helado. Posiciona sus manos en mis muslos pegando mi cuerpo contra el suyo.

Sus labios se despegan de los míos lentamente para bajar dejando un largo camino de besos hasta mi cuello, donde no se molesta en mordisquear y succionar, entre abro mis labios con forme sus labios llegan al lóbulo de mi oreja.

—¿Hasta cuando planeas ocultarme ante tu madre? —pregunta con una increíble voz, seductora y juguetona. Formo una pequeña sonrisa.

—¿Que pretendes decirle a mi mamá? —intento controlar a mi pobre corazón enamorado y algo más que me quiere traicionar.

—Tu madre, no es alguien con quien quiera cruzar palabra, pero me gustaría ir a buscarte y poder sacarte a cualquier hora. —bufa burlón, aleja su rostro del mío, abro lentamente los ojos para observar los de él.

Su cabello rubio, ahora oscuro por lo mojado que está, cae por sobre su frente, su piel pálida brilla con la luz de la luna.

Sus labios ligeramente hinchados y rojos, tan apetitosos. Le doy un vistazo a su tatuaje de zorro, se ve tan genial con él.

—¿A cualquier hora? —levanto una ceja en su dirección, lo veo sonreír. Reposa su mano en mi mejilla, siento el frío del metal de su anillo de acero, el cual no me había llamado la atención, suele atraparme con sus ojos oceánicos, hipnóticos.

—Si, así.. a cualquier hora. —mordisquea su labio inferior, con la mano que deja sobre mi mejilla retira el cabello mojado pegado en mi cuello. —No sabes cuantas cosas podríamos hacer. Pero me gusta, me gusta que rompas las reglas por mi.

—No rompo las reglas.. Yo solo...

—Sage, siempre has roto las reglas por mi. —esboza una sonrisa de lado, torcida y victorioso, tiene el ego por las nubes. Aunque tiene razón, este es el chico más misterioso, frío y atractivo.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora