—Vamos... Admite que eres una asesina.
¿Que está pasando? No, no, no...
Alexer se encuentra detras del hombre que me tiene del cuello.
—¡Quiero que lo admitas! —grita, presionando más sus dedos, casi clavando sus uñas en la piel sensible de mi cuello, entre abro mis labios. —Tu mataste a mi hijo, eres una...
—¡No! —me levanto de golpe, por impulso coloco mis manos sobre mi cuello, aún tengo la sensación de miedo y las lágrimas a punto de recorrer mis mejillas por completo.
Me encuentro con la fija mirada de Alexer, que está sentado en un sillón frente a mi, despierto. Con sus codos sobre sus piernas, su cabello desordenado, unas pequeñas ojeras bajo sus ojos, ya son más visibles.
—¿Pesadillas? —su voz, ronca y al parecer, despreocupada.
—Eh... si, pero.. —desvío la mirada, Alexer debe creer que estoy loca, ¿Creería que soy una asesina?
—¿Pero?
—¿Que hora es? —dirijo la mirada a la mesa de noche, pero algo no anda bien, el color del cobertor y las sábanas era azul oscuro. ¿Por qué son de color rojo? —Alexer...
Llevo la mirada a él y doy un brinco cuando lo veo acercarse a mi con una pistola apuntándome.
—Ha llegado tu momento, mi amor. —me toma por sorpresa y quiero gritar pero no puedo, me quedo inmóvil, hasta que un fuerte pitido me saca del trance.
Abro los ojos y me tiro fuera de la cama comprobando si esto no es otro sueño, con un sudor frio en la frente, mi cuerpo tiembla del miedo, lágrimas cargadas de dolor bajan por mis mejillas sin control.
—¡No! no, ¡No!. —con la mirada busco a Alexer en toda la habitación, no hay ningún sillón frente a la cama.
Ni el sillón, ni las sábanas rojas, ni él en la habitación.
—Ya no más.. por favor.. —suplico, con la vista nublada y el corazón acelerado, intento controlar mi respiración para evitar un ataque de pánico o hiperventilar ahora que estoy sola. —Ya no más...
——————★——————
—¡Hey! Rebelde, te traje un conjunto que te va a encantar, antes que nada, debemos llegar antes de las 6am. —escucho lejana la voz de Nath, Alexer no aparece y tengo un mal presentimiento.
Antes de marcarle a Nath, tuve que llamar a mamá, que me llamó cuando Alexer y yo veníamos de camino al departamento de su padre y me percaté de que mientras estaba en el mar con Alexer Nath me había llamado muchas veces, dejó mensajes tanto escritos como de voz recalcando lo urgente del asunto.
—Si, dame unos minutos. —recibo la bolsa con el conjunto de ropa, espero no sea algo como los que se pone ella, no pienso ir de vestido rosa con tacones rosa altos.
Me empiezo a vestir en la habitación de Alexer, veo una blusa de tiras, una falda rosada ajustada y unos tenis blancos.
—¡Nath, esto no me gusta! —me quejo, pero sólo la escucho reír al otro lado de la puerta.
De mala gana empiezo a vestirme, con lo que me trajo, dejo la camisa de Alexer en el baño, dejo mi cabello suelto y lo peino con mis dedos.
Le doy un último vistazo a mi atuendo, salgo de la habitación, veo que Nath me inspecciona, luego sonríe.
—Toda una chica suave, te queda fenomenal y esas cuevas ¡Mujer! —habla orgullosa y veo algo extraño en su expresión, algo que no sé descifrar. —Espera.
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ALEXER. CORRIGIENDO
Mystery / Thriller1| La realeza maldita. COPYRIGHT © 2020 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de este libro, sé original y creativo...