D O S

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3 DÍAS DESPUÉS

—¡Corre, Calabaza!

Su voz, a pesar de tener tan sólo 16 años, tiene una voz extremadamente atractiva. Esto es lo que envidian las demás niñas.

Que es fácil para mi obtener su atención, mientras que ellas batallan para lograrlo. Lo que ellas no pueden lograr, yo lo logro en 5 segundos y no es por presumir.

Así de unida es nuestra amistad.

—¡Alexer! —se detiene frente a mi ante mi llamado. Da unos pasos y me examina con la mirada.

—Ya no puedes, tonta calabaza. —una sonrisa se escapa de sus labios, esa sonrisa tan atrayente, tan… perfecta.

Todo en Alexer es simplemente perfecto.

Su cabello rubio, sus ojos azul acero, su mandíbula bien estructurada. Su brillante mirada, la cual no me canso de admirar.

También su lado muy protector conmigo, así como en ocasiones lado "nervioso".

—Debo regresar a casa, Alexer. —hago un puchero. —Se acabó el tiempo que me dió mamá.

Nos conocimos hace 3 años, cuando tenía 12 años. Todo en él destila misterio, el cual estuve dispuesta a descubrir. Él no solía contar cosas de él y yo respetaba eso.

Es su espacio y aún así eso no me detuvo.

—¿Puedes concentrarte un poco? ¡No quiero que me pises de nuevo! —le grito falsamente enojada.

Él solo sonríe, llevamos días ensayando, mi madre se encargó de lograr que Alexer Cavalier sea mi pareja de prom, gracias a su acercamiento con la señora Cavalier.

Estoy emocionada. La primera vez solo bastó con 2 minutos para sentirme atraída, sin embargo, tengo que dejar eso de lado.

Alexer no es un niño que le guste socializar.

Mi capricho es conseguir que ese niño; rubio de ojos azul acero, sea mi amigo.

—Bueno, te dejo en tu casa. —continuamos caminando. Lleva sus manos en sus bolsillos, soy adicta a su compañía. —¿Si comes bien?

—Si...

—¿Estás segura? —me ve de reojo. —Espero no tener que ir a dártelo en la boca para que no enfermes.

—No tendrás que hacerlo

Me ve como si supiera que miento, pero no digo mas, regresamos por el camino boscoso, entre arboles se ve las casas del otro lado del pueblo, lado sur y lado norte, entre ellos mismos se dividieron.

Tan pronto como pongo un pie fuera del "Paso del bosque" y las personas que caminan con sus cestas me pueden ver, bajo la cabeza e intento caminar mas rápido.

Alexer me mantiene el paso e inesperadamente me toma de la mano para obligarme a no escapar de las miradas acusadoras. El camino se hace rápido, tanto que al llegar frente a la puerta rápidamente esta se abre de golpe.

Se hace a un lado y entramos, suelto la mano de Alexer al momento que vamos al comedor.

Mi mamá no tarda y se planta frente a nosotros, Alexer y yo la miramos confundidos.

ALEXER. CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora