3. Vete a salvar el mundo (pt. 4)

392 64 10
                                    

Me giro para entrar, pero antes de que pueda poner la mano en el pomo de la puerta, esta se abre, haciendo que me choque con Cedric, o que él se choque conmigo, o como sea.

-Empiezo a pensar que haces todo este tipo de cosas para llamar mi atención. -Dice, sin alejarse de mí. Es bastante más alto que yo, por lo que tengo que levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

-¿Para qué tomarme la molestia? No es necesario que haga nada; tengo suficiente de tu atención para toda una vida.

-Ya quisieras, Abril, ya quisieras...

-Si ya has hecho lo que has venido a hacer, puedes marcharte.

-Y eso es precisamente lo que pensaba hacer.

-Bien.

-Bien.

-Adiós.

-Hasta pronto, Abril.

-Ojalá y no fuera así.

-Ambos sabemos que estarás contando los minutos.

-O las flores sobre tu ataúd.

-¿Me llevarías flores? Qué dulce. -sigue estando muy cerca de mí. Por más que quiero alejarme de él, no consigo hacerlo. Es como si mis pies estuvieran soldados al suelo, como si su mirada pusiera un hechizo sobre mí.

Esa es otra de las cosas que debo recordarme jamás decir en voz alta.

-Tal vez no me permitan salir de prisión para ir a tu funeral, pero ¿quién sabe? Ya veremos entonces.

-Tal vez te dejen salir por buena condu... Oh. No importa, olvidé con quién estaba hablando.

-¿También olvidaste el camino de regreso a casa?

-¿Por qué? ¿Quieres llevarme tú? Sería una buena manera de decir "gracias". -las palabras de Samuel retumban en mis oídos. "Definitivamente no parece el tipo de chico que da algo sin pedir nada a cambio".

-¿Por qué habría de agradecerte?

-Veamos, el teléfono, mi silencio,...

-Espera, ¿tu silencio?

-Claro. No dije nada sobre nuestra cita en presencia de tu novio.

-Él no es... Quiero decir... No sé si usaría esa palabra....

-Si yo fuera tú, consideraría ese silencio una señal de alerta. La falta de confianza es otra, pero la violación de la misma... Digamos que si se tratara de un contrato, sería causal de anulación.

-¿Es que no tienes nada mejor que hacer?

-¿En este preciso momento? No. Deberías sentirte halagada. Conversar contigo lleva siendo mi prioridad por casi cinco minutos.

-Puedo asegurarte que ese tipo de comentarios nunca tienen el efecto que tú crees que tienen. En realidad es bastante patético.

-Oigo "blah, blah, blah" y quiero oír "Gracias, Cedric, querido" o "te debo una disculpa, Cedric".

-¿Es en serio? ¿"Querido"?

-Es cierto, no va contigo. Supongo que la Abril que tengo en mente es sustancialmente más dulce que tú. Es una buena chica.

-¿Me imaginas como una estúpida? Wow, Cedric, qué golpe tan bajo... o lo sería si me importara lo que piensas de mí.

-Sigo esperando.

Las Crónicas de Ashbury: El LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora