Desbloquea las puertas cuando me acerco más, y subo al auto, sin mirarlo si quiera por los primeros segundos.
Clavo la mirada en la oscuridad incompleta que yace frente a nosotros.
No quiero decir nada, pero el silencio empieza a enloquecerme, pero no me arriesgo a abrir los labios. No quiero meter la pata aún más de lo que ya lo hice hoy.
Por suerte -si es que a esto se le puede llamar "suerte"-es él quien habla primero.
-Tengo varias preguntas.
-Dispara.
-¿Cómo es que los aliens imitaron tan bien el look de Cedric Canonach? Espero que hayas podido darle una buena mirada a cómo lo hicieron. Pienso usar ese disfraz el próximo Halloween.
-Tendrás que preguntarles tú mismo. No es como si me dejaran vagar por la nave entre experimento y experimento investigando todos los aparatos que posiblemente resolverían todos los problemas en la Tierra.
-Hablo en serio, Abril. -se gira y me dirige una mirada fría como el hielo. -¿Qué estabas haciendo con él? Es exactamente el tipo de chico que no soportabas cuando estábamos en la escuela.
-Vamos, Sam, no puedes estar hablando en serio. ¿De qué se trata todo esto?
-Nada, olvídalo. Abróchate el cinturón, ¿Quieres? Por más que la idea de quedarme aquí hablando contigo toda la eternidad sea tentadora, ya hemos perdido suficiente tiempo, así que... En marcha.
-Sí, capitán... -bufo por lo bajo. Vaya, jamás creí que diría esto, pero incluso Canonach estaba más relajado minutos atrás de lo que ahora está Samuel. -¿A dónde vamos?
-Pensé que podríamos ir por algo de comer y luego a caminar por ahí.
-¿Estás seguro de que esa es una buena idea? La temperatura está por los suelos...
-Pues lo siento por no tener planeado algo al mejor estilo Canonach, Abril. Esto es lo que estás comprando, tómalo o déjalo.
-¿Por qué en lugar de estar refunfuñando como un anciano me dices qué demonios está pasando contigo?
-Nada, lo siento, es que... Estoy un poco tenso, eso es todo.
-¿Tenso? Eso es... Diferente. Tú nunca te "tensionas".
-Faltan pocos meses para el Festival... Eso es razón suficiente para ponerme los pelos de punta.
-Eso es nuevo. ¿De dónde viene todo esto?
-Si pudiera, te lo explicaría, pero...
-Yo no tengo un Libro, claro.
-No, no tiene nada que ver con eso... Es... Hay cosas muy difíciles de entender, ¿sabes?
-Diría que soy una experta en confusión, para ser sincera.
-Experta en confundir, querrás decir.
-¿Por qué no vamos de una vez? Se hace tarde.
-Y tal vez no lo sería si hubieras llegado a tiempo, pero ¿qué sentido tiene llorar sobre platos rotos?
Enciende el radio y hace un giro en U para regresar por el mismo camino que Cedric había tomado antes.
Llegamos al centro de la ciudad en pocos minutos, y estaciona frente a un café -el único decente, a decir verdad-de Ashbury.
Para mi alivio no hay muchas personas allí, y las pocas que hay están demasiado concentradas en sus asuntos como para darse cuenta de que estamos allí también.
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Las Crónicas de Ashbury: El Libro
FantasyAbril Ros ha regresado a Ashbury después de dos largos años en el exilio, lejos de sus amigos, lejos de su vida, lejos del escándalo que se desencadenó después de esa fatídica noche en el Festival del Destino. Ahora que está de vuelta, tendrá que...