7. Feliz Navidad y Próspero año nuevo (pt. 4)

240 39 25
                                    

-¿Qué pasa? - Pregunta, tomando mi mano. La suelto de un jalón, y me pongo de pie para poner tierra entre nosotros, porque sé que puedo volver a caer y no puedo permitirme eso.

-Esto no puede volver a pasar. - Escupo tan pronto encuentro mi voz.

-¿Qué? No entiendo...

-Esto está mal, Cedric, perdón. No debí dejar que pasara.

-¿"Perdón"? ¿Por qué te disculpas? No es que sea un experto, pero no eres tan mala besando...

-No es el momento para bromas, lo digo en serio. Yo... Debería ir a... uhm...-Intento salir de allí, pero él me tranca el paso.

-No trates de huir, Abbie. No es como si me hubieras obligado a nada, o algo por el estilo. ¿Qué pasa?

-No puedo hacerte esto. Yo sólo traigo problemas, y en este preciso momento tengo demasiadas cosas en la cabeza... No quiero herirte, pero tampoco quiero nada más...

-Culpa al muérdago si te hace sentir más tranquila, pero no actúes como si nunca hubiera pasado, porque eso no puedo aceptarlo. Y respecto a lo demás... Nadie dijo nada sobre tener algo en este momento. - Roza mi cuello con la punta de sus dedos, y aunque trato de resistirme, no puedo moverme ni un milímetro lejos de él.

-Ah, ¿no?

-No, por supuesto que no... Si quieres que un beso sea todo lo que quede entre nosotros, entonces está bien. Voy a hacerme a la idea eventualmente.

-Gracias por entender... -Eso fue más fácil de lo que pensé.

-¿Cómo no iba a hacerlo? Ven aquí... -Mucho menos tensa permito que me rodee con sus brazos. Por más que quiera, no puedo sacudirme la euforia que me embriaga en este momento, pero lo que sí puedo hacer es alejarme un poco de él, y para términos prácticos, eso es lo más cercano a la normalidad a la que añoro regresar.

-Te odio. - Repito contra su pecho.

-No te cansarás de repetirlo, ¿no es así? Lo sé. Esto no cambia nada. - Me dirige una media sonrisa, y es casi como si nada hubiera pasado...

Excepto que sí paso, y que ahora sus dedos acarician distraídamente el dorso de mi mano.

-Así que... Los regalos. Claro. Deberíamos ir abajo antes de que alguien decida venir a buscarnos.

-Después de usted, mi lady. - Dice, haciendo una pronunciada reverencia.

-Espera, aún hay algo más. - Vuelvo a mi habitación y revuelvo todos los papeles que siguen sobre mi escritorio.

-¿Se puede saber qué estás haciendo? - Se cruza de brazos y se recuesta en el marco de la puerta que conduce al balcón.

-Espera... Aquí esta. - Por fin encuentro lo que estaba buscando, y me giro para quedar frente a él. - Uhm... No soy muy buena con esto de decir las cosas, así que simplemente lo haré y tendrás que disculparme si no es "poético" precisamente. Tú... por algún extraño motivo confiaste en mí lo suficiente como para darme tu Llave. Es el tipo de cosa que no podría olvidar ni en un millón de años, así que gracias... por un lindo collar y por el voto de confianza. Ahora, como si fuera poco, tú... uhm... me das esto. Un regalo de navidad. ¿En qué estabas pensando? No contestes esa pregunta si no quieres que te golpee... Uh... Lo menos que podría hacer, es devolverte algo de todo lo que me has dado, así que... aquí tienes.

Le tiendo uno de mis más preciados tesoros y espero pacientemente que lo tome.

-Ahora es cuando lo recibes para no hacerme sentir como una completa idiota.

Las Crónicas de Ashbury: El LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora