8. Emberbury (pt. 4)

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Cuando despierto, estoy sola en la sala de espera. La pálida luz de la mañana se filtra por la minúscula ventana en lo alto de la pared, y a pesar de que la temperatura sigue siendo tan baja como antes de quedarme profundamente dormida en sus brazos.

¿Cómo podría explicarle esto a la Abril que llegó a Ashbury lo que pasó? ¿Lo que dije antes de quedarme dormida? Seguramente llegaríamos juntas a la conclusión de que todo fue producto del cansancio, y que ahora que he recuperado mis fuerzas, las cosas deberían volver a la normalidad.

Quisiera poder hablar con papá, pero su teléfono debió haberse quedado sin batería hace horas. Lo único que me tranquiliza es que si hubiera pasado algo, me habrían despertado para hacérmelo saber, ¿no es así?

Me lo repito varias veces para convencerme, porque no es como si mi corazón entendiera eso. Late con fuerza, contra las paredes de mi pecho, y siento un horrible vacío en el estómago.

No puedo ni siquiera imaginar qué fue lo que sintió papá hace meses, cuando tuvo que pasar por todo esto completamente sólo, pues ni siquiera teníamos amigos en Nueva York en los que pudiera contar. Nada lo excusa de haberme golpeado, y eso es algo que jamás podría perdonarle, pero ahora entiendo un poco mejor la razón de su cambio, porque alguien que pase por algo como eso debe, por regla general, endurecerse.

-Buenos días, Bella Durmiente. - Cedric asoma la cabeza despeinada por la puerta de la sala de espera. Tiene grandes bolsas debajo de los ojos, y estoy casi segura de que no durmió muy bien anoche por la forma en la que camina. Trata de sonreír pero puedo darme cuenta de que la poca energía que puede quedarle no es suficiente para hacer que parezca natural.

-¿Hay noticias? - Le pregunto, tratando inconscientemente de arreglar mi pelo. No había pensado en lo mal que debo verme en este momento, con los ojos hinchados y enrojecidos, la ropa arrugada, y los residuos del maquillaje de hace dos noches esparcido por todo el rostro. Definitivamente no es mi mejor momento.

Las Crónicas de Ashbury: El LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora