7. Feliz Navidad y Próspero año nuevo (pt. 3)

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Son casi las cinco, y ni papá ni ningún otro miembro de la familia ni de la suya ni de mamá ha llegado, y yo me quedo sin ideas para tener a mamá distraída. Después de organizar los cinco cajones de mi escritorio dos veces con ella, me declaro completamente perdida.

-Quédate con ella, por favor. - Le pido a Cedric. Él asiente y se sienta en el estudio junto a mamá.

Salgo al porche y marco por enésima vez al teléfono de papá.

-Hola, papá, es Abbie. Otra vez... ¿Dónde estás? Mamá está muy nerviosa, y no hay nadie aquí... De hecho dudo que alguien vaya a venir, pero sería fantástico que aparecieras ahora mismo con un batallón de personas hambrientas. Pensándolo bien, sólo con que tú aparezcas sería suficiente. Uhm... ven pronto a casa, por favor.


Cuando el sol se pone y seguimos sólo Cedric, mamá y yo, me resigno a la idea de pasar la navidad sólo con ellos dos, pero entonces tocan a la puerta.

Me pongo de pie de un salto y corro a la puerta, feliz de pensar que mamá tendrá un puesto menos que llenar en la mesa que tanto se esmeró llenando de suculenta comida, para encontrarme con que sólo es mi padre.

Distinto a lo que pude pensar, en sus ojos no encuentro preocupación, ansiedad, nada que podría asociar al estado de mamá, sino felicidad, diría incluso que euforia.

-¿Dónde está tu madre? - Pregunta sin saludarme si quiera. Señalo las escaleras para indicarle que se encuentra en su estudio, y lo sigo al segundo piso. - Tengo grandes noticias.

-¡Tomás! ¡Por fin has llegado! ¿Cómo estaba el tráfico? - Pregunta mamá, poniéndose de pie y enterrándose en su pecho. Parece una niña pequeña buscando ser protegida cuando hace eso.

A través de una muy elaborada gesticulación, Cedric hace que papá entienda que esa es la excusa que hemos estado trabajando toda la tarde para tenerla bajo control.

-Uh... Horrible, querida, espantoso. Ya sabes cómo se ponen las calles en diciembre.

-Me imagino. - Contesta ella, mucho más relajada. No sé si se deba tanto a la presencia de papá como a las tres tazas de té de valeriana que hice que tomara en la tarde haciendo efecto por fin. - ¿Decías algo sobre una noticia...?

-Así es... ¡Estás viendo al nuevo director del departamento de mantenimiento de los Libros!

-¡Eso es maravilloso, querido! - Mamá se pone en la punta de los pies y planta un beso en los labios de papá, que la envuelve en sus brazos como si fueran un par de adolescentes.

Más imágenes vuelan por mi mente, pero les corto el paso tratando de emocionarme por la noticia.

-La señora Dubh quería entrevistarme personalmente y asegurarse de que servía para el cargo antes de hacer una oferta, pero dijo que llevaban varias semanas considerando ofrecerme el puesto. ¿No es maravilloso? - Pregunta por fin.

-Felicitaciones, Tomás. Se lo merece. - Cedric estrecha su mano enérgicamente.

-Gracias, Cedric, es muy amable de tu parte... No es que no nos guste tenerte aquí, hijo, pero... es Navidad... ¿No deberías estar en casa, con tu familia?

-De hecho, mis padres están en camino, así que...

-¡Oh! ¿Tus padres van a venir? - Pregunta mamá.

-Querida, nosotros los invitamos, ¿recuerdas?

-Ah, sí... Nosotros los invitamos. Es cierto. Abbie, ¿por qué no me acompañas a la cocina? - Salimos del estudio y dice-: Espero que tengamos suficiente comida para todos.

Las Crónicas de Ashbury: El LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora