#Marcos- De verdad hermano que lo siento, siento mucho todo el ridículo que he montado cada vez que me he puesto celoso al ver lo que teníais tú y Mía.
- Tenemos - le digo a Dani corrigiéndole.
Joder, sabía que no tenía que haber salido con él a ninguna parte cuando me lo dijo, ni para fumarse un cigarro ni para nada. Estamos teniendo la conversación que habíamos estado evitando por ambas partes durante años. ¿Porqué no podía dejar las cosas como estaban? ¿Para qué darle ninguna vuelta a nada? ¿No seguiría pensando en mí mujer? ¿No?
- Tenéis, eso. Mira hermano, yo no quiero estar distanciado contigo ni con nadie. Tú ya tienes tu vida y unos hijos preciosos, y yo... yo estoy ahora con mi chica. Ya sabes - suelta a trompicones mientras se tambalea sobre su propio cuerpo y se lleva la copa nuevamente a la boca.
Los años no le estaban tratando bien. Y desde luego que el tío que tenía ahora frente a mi borracho perdido, tenía muy poco que ver con el Dani de siempre, con mi amigo, el chico que iba en bicicleta a todas partes y que intentaba ligar con todas las chicas que se le cruzaban por el camino, incluida la mía.- Yo no tengo ningún problema contigo, hermano. Mi mujer es mía, y tú ya tienes una nueva novia. Todo solucionado - le digo dejando en claro lo que es mío.
- Ya... venga, vamos a por otra.
- Tío, yo creo que deberías de aflojar un poco, eh.
Demasiado tarde, mi amigo ya está en la barra y lo suficiente lejos de mí como para que me escuche y me haga un poco de caso. Suspiro sabiendo que a pesar de lo mucho que me toque los huevos tener que cuidar de nadie a mi edad, es mi amigo y parece que no sabe beber.
- ¡Eh! ¡Hermano! - dice Emett llegando hasta mí con una botella de champán sin abrir en la mano.
- Cuida a tu amigo antes de que me tenga que meter en algún lío por defenderle. No sabe beber ni comportarse cuando está borracho.
Y dicho esto, me voy de allí antes de tener que ver otra patética escena de Dani. Yo había venido a divertirme joder, a beber, a emborracharme y reírme con mis amigos. No a ejercer de madre. Aquí ninguno éramos unos críos, que no se comportasen como tal.
- ¡Venga hermano, que vienen más mujeres! - grita Ricky cuando me ve llegar hacia ellos. El cabrón está con una tía a cada lado mientras sonríe como el capullo que es. Yo le doy un sorbo a mi copa y sonrío mirándole. ¿Qué haría yo si estuviera soltero ahora mismo? ¿Sería así?
- Tú serías peor - dice Ryan llegando hasta mí y echándome el brazo por encima, como si pudiera leerme la mente.
- Seguro.
- A ti lo que te pasa es que tu mujer te tiene cogido por los huevos porque estás loco por ella. Ojo, y con motivo. Pero hermano, si estuviésemos solteros.... - me dice al oído como si fuese el diablo. Supongo que se estará acordando de todas las veces que hemos ligado por ahí antes de salir con nuestras mujeres. De las tías que nos hemos tirado, de alguna que otra a la que hemos hecho llorar, de los novios celosos con los que nos hemos peleado...
-No somos los que éramos Ry, eso seguro.
- No, desde luego que yo te veo muy cambiado hermanito - escuchamos tras nosotros.
No me giro. Sé quién es. No hago ni un solo movimiento por miedo a lo que mi cuerpo pueda hacer. No sé qué hace aquí, no sé qué cojones se cree que está haciendo aquí, en la despedida de soltero de mi mejor amigo. No sé quién le ha invitado ni como cojones ha sabido donde estaba, pero no me hace ni puta gracia. Y Ryan se da cuenta en cuanto el vaso de ron que contigo en mi mano, se hace añicos cayendo al suelo en pedazos.
- ¿Qué cojones haces aquí? - suelto tajantemente.
- Marcos - interviene Ryan con tono de advertencia, pero yo hago caso omiso a su tono de voz y me doy media vuelta quedando cara a cara con el tipo de enfrente mío, el que dice ser mi hermano por llevar mi sangre.
- Cuanto tiempo sin verte, estás más... mayor - dice irónicamente haciendo que me hierva la sangre.¿como puede tener Los Santos cojones de presentarse aquí sin más? ¿Quién se cree que es?
- ¿Qué haces aquí? ¿Te ha dicho mamá que estaba aquí?
- ¿Mamá? No, que va. He llegado esta tarde, pensaba salir hoy un poco y disfrutar del ambiente, ya sabes... hace mucho que no paso por aquí.
- Más de diez años - susurro con los dientes apretados.
- Pero todo sigue igual, como si el tiempo no hubiera pasado en este sitio - dice mirando a su alrededor antes de volver a poner sus ojos en mí para deberse a observarme fijamente - Excepto para ti. Mamá me ha dicho que te va muy bien.
- ¿Qué quieres? ¿Dinero? Puedo darte todo el que quieras a cambio de que te vayas mañana mismo y no vuelves más por aquí. No te quiero cerca de ninguno de nosotros.
- Así que intentas comprarme. Que gesto tan feo para un hermano, esas cosas no se hacen hermanito. ¿Es que no te han enseñado a comportarte con la familia? - me estremezco. Parece el vivo retrato de mi padre hablando. Su sucio y asqueroso retrato hablando.
- No hables de mi familia, no tienes ningún derecho.
- También es mi familia. Incluso tus queridos hijos, soy su tío. Tú y yo llevábamos la misma sangre, ellos también.
Entonces mi cabeza cambia el chip. Ha tocado mi fibra sensible, mi punto débil, mi talón de Aquiles. Así que le agarró del cuello, incluso cuando sé que es más alto que yo, y aprieto con todas mis fuerzas queriendo demostrar quien manda ahora aquí, queriendo hacerle saber que nunca debe volver a hablar así de nadie ni de nada que sea mío. Y nos quedamos en silencio durante unos segundos, él porque no puede hablar, y yo porque sé que si digo algo, después me voy a arrepentir.
- Tú no eres nada ni nadie aquí, mucho menos cuando se trata de mis hijos.
Y le suelto. Espero que haya captado el mensaje.
ESTÁS LEYENDO
TUYA (III)
RomanceTERCERA PARTE DE "Eres mía, preciosa" Después de todo lo sucedido en la vida de Mía y de Marcos, parece que el amor ha ganado... ¿O todavía es muy pronto para saberlo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite e...