Cuando quieras.

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#Marcos

Escucho atentamente todo lo que mi mujer me dice mientras intento no desviar mis pensamientos hacia su belleza, hacia lo guapa que es. ¿Qué me está queriendo decir? ¿Qué ahora le cae bien Cloe? ¿Por qué? ¿Porque han mantenido una conversación de diez minutos en un baño de chicas? ¿Así es como las mujeres solucionan sus problemas?

- Nena, no te estoy entendiendo. Vamos a ver, Cloe te dice que quiere a mi hermano de verdad y tú la crees. ¿Y qué? - le digo dándole otra calada al cigarro. Joder, como me calma esto.

- ¡No, Marcos! ¡Tu madre me acaba de decir que tu hermano y ellas se conocían desde niños! ¡Qué fueron novios o algo así! ¡Por eso Cloe me dijo que parecía que llevasen una vida juntos! ¡Se conocen antes incluso de que la conocieras tú!

¿Qué? ¿Está de broma?

- Mía, tienes que estar segura de las cosas que sabes antes de decirlas. Esa mujer ha estado conmigo un tiempo, hemos vivido juntos, hemos compartido ca - me callo al verla cerrar sus ojos fuertemente como cuando esperas a que te den un puñetazo, ella no quiere escuchar eso - ella sabe perfectamente la relación que yo tenía con mi hermano, que sigo teniendo. No es posible que se haya hecho la tonta durante tanto tiempo.

- Marcos... tu padre no solo se llevaba bien con ella por los negocios que tenía con Toni. Tu padre se llevaba así con ella porque fue algo así como el primer amor de Raúl.

- Su hijo favorito - susurro. Mía asiente mientras me acaricia la mejilla y me mira con dulzura.

No puedo creer que haya estado engañado todo este tiempo. No puedo creer que Cloe se haya quedado conmigo de tal forma. Que no dijera absolutamente nada del tema aún sabiendo perfectamente cómo me llevaba con mi hermano. Me siento... utilizado.

- Eh, no te pongas así - la miro a los ojos mientras la atraigo hacia mí.

- He sido una marioneta en sus manos, nena. Ha sido la única persona con la que me he abierto en canal después de que te fueras, ella sabía prácticamente todo de mi - le digo con toda la sinceridad del mundo aunque sepa que mis palabras pueden dolerle.

- Después de hablar con ella.... - pero la interrumpo antes de que consiga cabrearme.

- ¿Qué? ¿Después de hablar con ella sois amigas? ¿Vais a quedar para ir de compras y esas cosas que hacéis las tías? - le digo con sarcasmo mientras tiro lo que me queda de cigarro para después pisarlo.

- Puede que yo no haya hecho las cosas bien tampoco con ella, Marcos. Es cierto que he llegado a niveles en el que no he podido soportar ni su presencia. Pero después de hablar con ella, me he visto a mí misma en múltiples ocasiones. No pienso seguir atacándola, me ha demostrado que no quiere nada contigo.

¿Qué no quiere nada conmigo? ¿Ya no me quiere? ¿Acaso ha estado conmigo para acercarse a mi hermano? ¿Lo tendría todo planeado? ¿De verdad Cloe iba a ser capaz de hacerme una cosa así? ¿Y dónde quedan sus llanto del día que lo dejamos? ¿También eran falsos? ¿Y la de veces que habíamos follado? ¿Estaría pensando en él? ¿Estaría pensando en mí hermano?

Dios. Joder.

- ¿Crees que me ha utilizado? - le digo con un nudo en la garganta. Mía me mira fijamente mientras me agarra la cabeza con ambas manos y niega lentamente con la cabeza. Ella sabe perfectamente que yo ya no siento nada por esa mujer, ni por cualquier otra persona que no se llame Mía Hills y tenga unos ojos verdes que me vuelvan loco. Esta vez se trata de algo más serio, la única persona que me ha hecho salir del agujero en donde estaba metido, parece haberme estado metiendo la estocada durante mucho tiempo. Riéndose en mi cara.

No sé si soy capaz de volver a dirigirle la palabra a una persona que probablemente pensase en mi hermano, la persona que más he odiado en mi vida, mientras me besaba, mientras me tocaba, cuando me repetía lo mucho que me quería. Dios santo, que puñalada más trapera.

- Creo que lo mismo tenía sus motivos y que a lo mejor deberías hablar con ella - me dice algo insegura. Sé que ni siquiera a ella le hace gracia que mantenga una conversación a solas con esa mujer después de lo que pasó la última vez.

- No quiero - digo poniendo mi cabeza sobre su pecho.

- Tienes que arreglarlo Marcos, no te puedes quedar pensando en que has vivido una mentira si a lo mejor no es así.

- Hasta hace un momento tú la odiabas - susurro mientras cierro los ojos me dejo acariciar el pelo con sus manos.

- Tampoco es plato de buen gusto para mí tratar con ella. Pero hoy cuando la he visto con ese niño, me ha recordado tanto a mí con Olivia cuando era más pequeña... creo que ha sido cien por cien sincera.

Despegó mi cara de su cuerpo y me levanto del capó del coche para ponerme en pie y plantarle un beso en los labios. Si no fuese por ella, estaría ahora mismo cogiendo a mi hermano del cuello y pidiéndole a él explicaciones con tal de no tocar a una mujer. Pero Cloe iba a tener que hablar conmigo y darme explicaciones, desde luego que iba a tener que hacerlo.

- ¡Mamá! ¡Papá! ¡La abuela dice que vayamos a comer! ¡Que ya está la mesa puesta! - escuchamos a Olivia gritar desde la puerta principal. Yo me río al verla, tan pequeña e inocente.

- Cuando grita le sale la misma voy chillona que a ti - le digo a mi mujer de broma.

- ¡Eso no es verdad! ¡Yo no tengo voz chillona! - me dice pegándome, con su endeble fuerza, en el brazo

- Esa, esa es, ahí esta - le digo riéndome a carcajadas de su reacción. Obviamente no tiene la voz chillona, pero la verdad es que me pone tanto cuando se mosquea...

- Vamos Marcos Rodríguez, o te las tendrás que ver conmigo- me dice tirando de mí para que comience a caminar tras ella. Yo me suelto, le doy una cachetada en el culo y me acerco a su oído.

- Cuando quieras.

TUYA (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora