Bien hecho, campeón.

39.7K 2.2K 126
                                    

#Marcos

- Lo es.

Y cuando ella se lanza a mis mis labios para besarme de esa manera tan llena, con tantas ganas de quererme y de que le quiera, me importa una mierda lo que puedan pensar mis amigos de la imagen que tienen de mi. Mi mujer era mi prioridad sobre todas las cosas.

- ¡Bueno! ¡Bueno! ¡Alguien se ha levantado con hambre esta mañana! - grita Emett mientras nos señala riendo. Mía se pone roja como un tomate y se esconde rápidamente en mi cuello mientras yo me río.

- Déjalos que se quieran - le dice Alison con tono de reproche. Parece que Emett la ha vuelto a cagar con ella, este chico aprende incluso menos que yo.

- ¿Y nosotros qué, bonita? ¿Tú no quieres un beso? - él se acerca hacia su novia con los ojos cerrados y los labios en posición, pero Alison se lleva una mano a la boca y se la tapa apartando a Emett rápidamente de ella.

- El alcohol, ¡creo que voy a vomitar!

Y a continuación, Alison se pone rápidamente en pie y sale corriendo hacia la casa, supongo que para vomitar todo lo que ha bebido esta noche. Mientras, el resto nos reímos de la cara de tonto que se le ha quedado a nuestro amigo.

- ¡Eso te pasa por paquete! - se burla Ryan.

- ¡Pero ve y ayúdala hombre! - le dice Polo mientras observo a Olivia sobre sus piernas mirando atenta todo lo que está ocurriendo. También me entretengo en mirar a minute, que se ríe a carcajadas con las expresiones de Emett. Joder que jodidamente guapa es.

- ¿Tanto bebisteis anoche? - pregunto.

- Rebecca es la respuesta- interviene Emma riendo. Todos miramos a la pobre Rebecca que sigue pajiza como la pared. Esta chica sí que se había pasado. Apenas tenía edad para tomarse la juerga de esa manera... pero que iba a decir yo después de todo lo que su hermano y yo habíamos bebido años atrás.

- Papi - escucho decir a una vocecita a mi lado.

- ¿Qué pasa cariño? -le digo observando su precioso rostro. Joder, es que me pongo enfermo solo de pensar en todas las peleas que voy a tener con Mía con tal de no estrangular a más de un chico cuando quiera salir con mi hija.

- ¿Qué es una despedida de soltero?

Y entonces siento como se me cae la cara al suelo. Mía ya se ha girado en nuestra dirección para cerciorarse de que ha escuchado bien lo que cree que ha escuchado. "Sí cielo, es exactamente lo que has escuchado", me entran ganas de decirle, pero lo mejor es que ejerza como el padre ejemplar que pretendo ser, no necesito que nadie me saque del marrón.

- Pues verás cariño, una despedida de soltero es cuando los amigos se juntan para celebrar antes de que uno de ellos se case - respondo decidido. Me aseguro de haber satisfecho con mi respuesta a mi hija, porque no pienso explicarle lo que es un boy o unas stripper hasta que cumpla los veintitantos como mínimo.

- Ummm... vale - responde Olivia sin más. Yo sonrío orgulloso de mí mismo, y cuando le ando la mirada me topo con los de felina de mi mujer que tanto me vuelven loco. Y enseguida sé lo que está pensando, le encanta verme en el papel de padre ejemplar.

- Muy bien hecho, campeón. No te has pillado los dedos - me dice mientras me acaricia suavemente la nuca haciéndome retorcer el cuello del gusto. Esta mujer sabe lo que se hace, que de gracias a que tengo a nuestro hijo en brazos y a que la casa esté llena, porque si no fuera así...

- Vuelve a mirarme con esa cara de niña mala, cariño, y te prometo que te vas a acordar de gritar mi nombre hasta que no te acuerdes de ninguna otra palabra - le susurro cuando nadie nos mira. Ella se ruboriza al instante como si le hubiera contado el secreto más perverso del mundo a la persona más puritana del pueblo. Ni de coña iba a tratarse de ella, en ese caso.

- Marcos - susurra en un tono tan bajo que solo es audible para mis oídos.

- No puedes ponerte así de guapa y mirarme así como si nada mientras sostengo a nuestro inocente hijo en brazos - le reprocho mientras ambos observamos a nuestro bebé con la mayor admiración que existe. Mía sonríe ante mis palabras, sabe que cuando se trata de los niños, tiene carta blanca conmigo y puede controlarme. Aunque lo cierto es que todavía no me acostumbraba del todo a ello.

- ¿Entonces qué hermano? ¿Sin móviles esta noche? - pregunta Emett a todos los presentes cuando vuelve con Alison de la mano. Las chicas le miran, Ryan le mira, yo le miro, incluso mi hija de cinco años le mira... ¿que cojones está diciendo?

- De eso nada - dice Alison firmemente haciéndonos reír . La pobre tenía el cielo ganado con nuestro amigo.

Mía se vuelve a girar rápidamente para interrogarme con la mirada, sé que quiere saber si yo me voy a llevar el móvil o no. Yo asiento con la cabeza, creo que ya hemos pasado por bastantes cosas como para que ocurra el mayor imprevisto en casa y yo no tenga como comunicarme con ella,

- ¡Ryan no se puede ir sin teléfono móvil! ¡Es padre! - dice Lili sobresaltada, parece que esto Ryan y la bebe la está dejando desquiciada.

- Vale, vale, solo lo decía para que disfrutásemos de verdad, como en los viejos tiempos... ya sabéis.

Miro a mi amigo con una ceja alzada mientras me aguanto las ganas de reírme, y después miro a Ryan que está igual que yo. Emett a veces parecía una máquina de sacar de quicio a nuestras mujeres. Lo teníamos más que comprobado.

- Deja de mirarme nena, no me voy a ir a ningún sitio sin saber que puedo contactarte a la mínima. Y tampoco te pienso dejar sola esta noche.

- Estará Carmen conmigo hasta que los niños se hayan dormido - me replica, pero yo niego con la cabeza. Sé que no le gusta que tome decisiones por ella, pero no puedo evitarlo cuando se trata de ellos tres.

-También se quedará mi madre contigo.

- ¿Qué? ¿Y tus hermanos?

- Con Ramón.

- ¿Por qué tanta seguridad? ¿No piensas volver a casa o qué? - me dice indignada. Yo me río.

- Cielo, haría falta mucho más que un par de strippers y una barra llena de alcohol para que yo no volviese alguna vez a ti.

TUYA (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora