#Mía-Habría acabado con él - susurra. Por fin encuentro un poco más de calma y arrepentimiento en sus ojos.
- Lo único que he sacado en claro de toda esta situación ha sido que todavía no tienes claro absolutamente nada respecto a lo que sientes por esa mujer. Así que como tu futura mujer y madre de tus hijos, te pido que llegues a un acuerdo contigo mismo y tus ideas Marcos. Yo quiero estar con un hombre que me quiera y que me demuestre que está para mi, que priorice a su familia sobre todo lo demás... no quiero a un niñato con treinta años que sea capaz de echarlo todo a perder por un calentón.
- ¡Eso no es verdad, Mía! ¡Tu siempre has sido mi prioridad! ¡Y mis hijos también! - vocifera a todo pulmón haciendo que su voz se escuche en toda la casa. Yo cierro los ojos.
- Quizá para ti no ha sido tanto Marcos, pero para mí ha sido mucho más que doloroso ver la forma en la que le hablabas, tus ganas de tener una conversación con ella, la manera en la que le mirabas... ¡¿Qué habría pasado si ese niño hubiera resultado ser tuyo?!
- No hubiera pasado nada, Mía.
Noto en su voz el dolor. Le duele casi tanto como a mí las palabras que le he dedicado. Pero las cosas son así y no pretendo esconderme. Ya no éramos ningunos críos y lo cierto es que no solo lo había pasado mal en esa casa, sino que también me aterraba la idea de que Cloe se hiciera un hueco en esa familia, y lo que es aún peor, me daba pánico pensar que pudiera estar tan cerca de Marcos. Mucho más después de haber escuchado esa maldita conversación.
- ¿Y como quieres que te crea, Marcos?
- No terminaste de escuchar la conversación, Mía.
- No hubiera sido capaz. Nunca he tenido nada en contra de esa mujer, porque no ha hecho más que quererte cuando yo no estaba. Pero ahora las cosas han cambiado, y mucho... y no la quiero cerca de nuestra familia.
- Le he dicho que me deje en paz, que se aleje.
- ¿Qué? - pregunto completamente desorientada. ¿Y eso cuando ha sido?
- Déjame que te lo cuente - dice acercándose a mí sin dejar de mirarme a los ojos.
- Soy toda oídos.
- Le pregunté que si seguía sintiendo cosas por mí, es cierto, lo escuchaste, no te lo voy a negar. No sé porqué lo hice, fue un impulso, un maldito impulso. ¡Llevaba más de media hora viéndola con un niño exactamente igual a Evan en sus brazos! ¡Me ha recordado cosas! ¡¿De que me serviría mentirte?! ¡He flipado cuando me ha dicho que está con mi hermano! ¡Yo tampoco la quiero en la familia! ¡Ni la quiero en cenas, cumpleaños, bodas, bautizos...! Mía, yo no quiero a Cloe cerca tuya, ni cerca de nosotros. No lo quiero.
Me limpio las lágrimas que caen por mis mejillas mientras le escucho. Marcos parecía estar diciéndome la verdad, parecía realmente arrepentido de lo que había dicho y hecho... pero yo no me podía mostrar débil frente a él de nuevo. No podía estar perdonando sus meteduras de patas. Sabía que me quería, sabía que el suceso con Cloe hoy había sido un error y que él era totalmente consciente de ello, sabía que no iba a destrozar la familia que habíamos formado por algo así. Y él sabía que yo no iba a ser capaz de dejarle o de darle un ultimátum por tal cosa, ahora teníamos hijos, y problemas como cualquier otra pareja normal y corriente. Si él no era capaz de mantener la estabilidad en nuestro hogar, lo haría yo.
- No lo quieres porque te sientes débil. Porque no te fías de ti mismo, porque sentiste cosas de verdad por esa mujer, ¿cierto? - pregunto con todo el coraje del mundo a pesar de saber el daño que puede llegar a hacerme su respuesta.
- No. No lo quiero porque sé que te hace daño.
- Me lo hace. Y a nuestra familia también- le digo con rabia en los ojos.
- Creo que le he preguntado eso porque no me creo que quiera a mi hermano de verdad, porque no me creo que esté enamorada de él. Y por muy narcisista que suene nena, no me creo tampoco que se haya olvidado todavía de mi.
- ¿Qué quieres decir? - pregunto al ver en sus ojos algo más que arrepentimiento. Y cuando suspira veo que está dudando en sí decirme o no lo que está rondando en su cabeza. ¿Qué está pasando?
- Creo que ella solo está obsesionada con la idea de ser madre, siempre lo ha querido. Creo que esa historia ya te la he contado - dice refiriéndose a la esterilidad de Cloe.
- ¿Y que tienes que ver tú en todo esto? Mira Marcos, si lo que intentas es persuadirme contándome el primer rollo que se te pase por la cabeza, yo... - pero me interrumpe y se acerca aún más a mi cuerpo.
- Creo que se ha acercado a mi hermano porque es mi hermano, y él hecho de que él venga con un niño sin madre debajo del brazo, lo hace más que perfecto para ella.
- Crees que está obsesionada contigo - le digo sin vacilar.
- Sí - contesta tajantemente.
- Tiene sentido - susurro. Él me mira esperanzado, sus ojos se iluminan inmediatamente como si todo se hubiera arreglado aquí.
- ¿Me crees entonces? - pregunta llevando su mano a mi mejilla para acariciarla suavemente. Yo cierro los ojos y la aparto con delicadeza.
- Te creo. Y creo que esa mujer está obsesionada contigo y con todo lo que vivisteis porque no me extraña, yo he pasado por lo mismo durante mucho tiempo.
- Mía. No te compares, no es lo mismo.
Pero hago caso omiso sin darle importancia a sus palabras, esperando que lo que dice sea cierto.
- No me hace gracia la posición que ella va a tomar en nuestro entorno. Y mucho menos si eso significa que quiera acercarse a ti. Pero nada de eso justifica tu comportamiento de hoy con ella.
- Nena, ya te lo he explicado.
- Bien. Pues ahora vas a tener que demostrarlo.
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TUYA (III)
RomanceTERCERA PARTE DE "Eres mía, preciosa" Después de todo lo sucedido en la vida de Mía y de Marcos, parece que el amor ha ganado... ¿O todavía es muy pronto para saberlo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite e...