Eso mismo pensaba yo.

39.2K 2.3K 365
                                        


#Marcos

Ni un beso, ni una caricia, ni un abrazo, nada. Solo ella envuelta en ese diminuto vestido con aires de adolescente popular y mi bragueta apretando. Se lo arrancaría en un segundo y no lo volvería a ver. Joder. Y para colmo, por si no fuese suficiente, a mí me toca quedarme aquí. Sin saber quién, o cuantos tíos se le va a acercar esta noche a mi mujer.

- ¡Papi! ¡Papi! ¡Papá! - escucho a mi hija gritando mientras me pellizca en el brazo.

- ¡Ah! ¿Olivia qué haces? - le digo sobándome el brazo. ¿Se puede saber desde cuando los niños de cinco años tienen esa fuerza?

- Llevo llamándote un rato papi, me habías preocupado-dice apenada. Yo aguanto las ganas de reírme a carcajadas por su inocencia, y me pongo en pie para cogerla en brazos y salir del despacho.

- Perdona cariño, estaba pensando en tu madre.

- ¿Estás enamorado papá? -dice con cara de pillina. ¿Qué? ¿Qué sabrá ella de enamoramientos a su edad?

- ¿Pero tú sabes lo que es estar enamorado hija?

- Claro papá- contesta.

Y enseguida siento que estoy sudando la gota fría. Yo apenas pedía cosas en la vida, de verdad que apenas. Lo único que pedía era que Olivia no comenzara con el tema chicos por lo menos hasta los veinte o los treinta, y me viene con estas.

- Estar enamorado es como cuando mi amigo Oscar me regaló una flor, o cuando mamá te hace tu desayuno favorito.

- ¿Quién es Oscar?

- Señor, su amigo Ryan y la bebé acaban de llegar - dice Carmen apareciendo de la nada como siempre.

- ¡Isabella! -chilla Olivia escurriéndose por mis brazos hasta llegar al suelo. Y en cuestión de segundos ya había desaparecido de mi vista. Joder con mi hija, que capulla, se había librado de contestar a mi pregunta y ni me había dado cuenta. Desde luego que las mujeres de esta casa hacían conmigo lo que les venía en ganas. Qué ganas de que Evan se hiciera adulto para poder tener alguien con quien cargar el peso.

- ¡¿Dónde está el cabronazo de tu padre?! - escucho decir a... ¿Emett? ¿Qué hace Emett aquí?

- ¡Tito! - dice mi hija. Y la veo en los brazos de mi amigo, tapándose la boca con asombro por lo que ha dicho mi amigo en cuanto llego al salón.

- Como vuelvas a decir una palabrita delante de mi hija te juro que te corto las ...- mierda. Olivia- la lengua Emett, te corto la lengua.

- ¡Qué gracioso ha sido siempre tu padre cariño!

- ¿Qué hace este aquí? - le pregunto a Ryan mientras me aguanto las ganas de reír al verle meciendo el carrito y con una bolsa para las cosas de la bebé al hombro. Quién le ha visto y quién le ve.

- Se ha peleado con la parienta.

- ¡No me he peleado con Alison! - interviene Emett enfurruñado. Yo suelto una carcajada y cojo a mi ahijada en brazos bajo la atenta mirada de su padre.

- ¡Eh! ¡Cuidado con mi hija!

- ¡Tengo a dos, Ryan cálmate! ¡Podría incluso cogerte a ti también!

- Ya, claro - responde como toda una maruja desquiciada. Que mal le está sentando la paternidad, pobre.

- ¡A ver papi, yo quiero verla! - dice Olivia bajándose de los brazos de Emett hasta llegar al sofá y sentarse a mi lado para ver a la bebé.

- ¿Hay cervezas? - pregunta Emett haciéndome dirigirle una mirada de "¿estás hablando enserio?"

- ¿No te puedes esperar a que se duerman los niños? - pregunto.

- ¡Si, eso! ¡¿No te puedes esperar a que se duerman los niños o qué?! - le dice Ryan regañándole como si fuera su madre. Olivia y yo estallamos a carcajadas mientras Isabella nos mira expectante. ¿Qué le habían hecho a mi amigo?

- Solo era una, para ir calentando. Yo no soy aquí el padre - dice el pobre Emett excusándose. Tenía razón.

- Carmen está en la cocina, pídele lo que quieras. -El asiente y se marcha a por su cerveza. Pero Ryan parece que no puede estarse callado.

- Qué desconsiderado - me vuelvo a reír. ¿Qué mosca le había picado?

-Hermano, creo que la paternidad está sentándote regular - le digo mientras observo a mi hija hacerle muecas a Isabella, quien se ríe a carcajadas con ella. Manda narices que hasta en el don que tiene Mía con los niños, Olivia se parezca a ella.

- No es eso.

Malo. Ya le ha cambiado el tono de voz a serio. Malo.

-Olivia cariño, ¿porqué no vas a ayudar a Carmen en la cocina?

-Yo me lo estoy pasando bien con la prima Isabella papi, no quiero irme.

-Venga cielo, un ratito y te dejo que me ayudes a darle después el biberón, ¿vale?

-Será que le deje yo, ¿no?, que soy su padre -comenta Ryan indignado.

- ¿Me dejas tito? -pregunta mi hija ilusionada.

-Claro que te dejo cielo, ya sabes que eres mi sobrina favorita- dice Ryan con voz de tonto. ¿Tanto para decirle a Olivia lo mismo que le he dicho yo?.... que le gusta una parafernalia.

Mi hija asiente y sale del salón feliz por lo que le acaba de decir su tío, no sin antes dejarle un beso en la mejilla a mi ahijada. Suspiro cuando la veo a ella salir y a Emett entrar, es muy pequeña para tener que escuchar todas estas tonterías. Entonces me giro hacia mí amigo para que me siega contando lo que quiero saber, ahora con Emett a mi lado bebiéndose una cerveza.

- ¿Qué pasa? - Y al instante él me mira incrédulo, con una cara que me hace hasta gracia. ¿Qué cojones he dicho?

- ¿Cómo que qué pasa? ¿Has visto cómo ha salido tu mujer de casa? ¿Has hablado con ella para ver qué van a hacer hoy? ¿Tienes idea de cuantos sttripers ha contratado Emma?

- Alison y yo nos hemos peleado por eso también, llevaba puesto un vestido con el que casi se le salen las tetas. Os juro que creía que se lo había comprado solo para mí, ya sabéis, para jugar un rato.

- Sí, Mía también iba enfundada en uno de esos, no sabéis lo que me ha costado controlarme. Ya habíamos tenido demasiada pelea por hoy, no necesitábamos más.

- ¿Y eso? ¿Que ha pasado hermano? - pregunta Ryan sentándose a mi otro lado en el sofá.

- Viene mi hermano Raúl, a pasar unos días.

- Jo-der - suelta Emett.

- Osita puta - susurra Ryan.

- Sí, eso mismo pensaba yo.

TUYA (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora