#Marcos- Eugin, quiero informes del nuevo contrato con los socios rusos. Quiero los planos actualizados de la reforma del hotel en París, y quiero una copia de los ingresos que hemos tenido este mes con el hotel de Nueva York. Es el mejor de nuestros hoteles por ahora, necesito mantenerlo en ese puesto por un tiempo.
- Claro señor - anuncia mi nueva secretaria antes de salir por la puerta de mi despacho.
- Ah, y otra cosa Eugin. No seas tímida conmigo, si Ryan te ha dejado a cargo de todo esto mientras él está de luna de miel, es porque piensa que puedes hacerlo. Yo no trabajo con incompetentes.
- Gracias, señor - la chica nueva se marcha dejándome otra vez solo en mi despacho. Y en cuanto veo todo el papeleo sobre mi escritorio, me pongo manos a la obra. Rompo contratos que no quiero, apunto las nuevas ideas que se me ocurren para incorporarlas en los nuevos hoteles, pienso en mi mujer, miro las cuentas bancarias, me aseguro de que todo esté pagado, me desconcentrado la foto de mi mujer, saco cálculos, sonrío cuando veo lo bien que marchan el único hotel que por ahora tenemos en Dubái. Quizá lleve a Mía por allí pronto para asegurarme de que todo va bien y pasar unos días en el paraíso con ella. Sería tan excitante verla en una de esas camas xxl que tenemos en la suite principal del hotel, rodeada de cristaleras con vistas a toda esa impactante ciudad.
- Jefe, el señor Evans en llamada - me avisa Eugin al otro lado de la puerta.
-Gracias Eugin- digo antes de descolgar el teléfono fijo del escritorio.
#Llamada telefónica
- ¿Hola? - escucho al otro lado de la línea.
- ¿Hola? ¿Cómo que hola? ¿El sexo te tiene tan tonto que ya no te sabes ni mi numero de teléfono o qué? - le digo divertido a mi amigo mientras echo mi cuerpo hacia atrás.
- Solo quería asegurarme de que estabas en el trabajo y no escaqueándote de él para estar con ti mujercita.
Sí que me conocía el imbécil. No había nada que me apeteciera más en este momento que estar con ella, en la cama por ejemplo.
- ¿Y tú qué? ¿Que tel el viaje? ¿Habéis salido de la suite? - el se ríe a carcajadas por la línea, y enseguida interpreto que está hasta arriba de tener sexo con Lili.
- Creo que de aquí no salgo sin concebir otro hijo, hermano. Las pastillas de Lili van a ser incapaces de frenar tanto.
- Hijo de puta - susurro mientras me río yo también. Si Lili se vuelve a quedar embarazada, le corta los huevos.
- No, no, es broma. Sé que ella quiere seguir con el modelaje y todas esas cosas.
- ¿Qué tal ella? ¿Echando de menos esto?
- Echa de menos a Isabella, se pasa el día entero haciendo videollamadas a su madre para verla. Que yo también la hecho de menos, que es mi hija. Pero no me preocupo porque sé que sigo siendo su favorito.
- Dios mío Ryan, eres imposible.
- Lo siento si no eres el favorito de tu hija, pero no lo pagues conmigo.
- ¡Eso no es verdad! - le digo tirándome del pelo hacia atrás. ¿A quién preferiría mi hija? ¿A su madre? ¿O a mí que era mucho más enrollado?
- Nenaza... - susurra a través de la línea mientras se ríe. Se va a enterar este cuando vuelva...
- Ryan, antes de que me cuelgues quiero que hablemos de algo - digo firmemente.
- Lo sé, ya me ha dicho Emett que te lo ha contado. Es un bocazas, debería haber esperado a que te lo contara yo.
- ¿Y cuándo es eso Ryan? ¿A la vuelta de tu viaje? ¿Cuándo mi hermano ya se adueñará de mi propia empresa? ¿Eh? ¿Eso era? ¿Eso es lo que quieres?
- Marcos, escúchame.
- Soy todo oídos, y más te vale que tengas una buena justificación para ello porque sino soy capaz de ir hasta Hawaii solo para partirte la cara.
- Tú hermano va a reclamarte su parte de la herencia, y quiere formar parte de la empresa.
- Eso no va a pasar.
- Yo solo te informo de lo que sé, ha venido más de una vez a ver las instalaciones porque quiere tantear el terreno. Yo solo he procurado alejarlo de ti para que no le partieses la cara delante de todo el equipo o de algún inversor.
- Señor, una señorita rubia viene preguntando por usted. Dice que se llama Cloe, pero no la tengo apuntada en la agenda - interviene Eugin nuevamente tras la puerta.
- Dile que pase, Eugin.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cloe otra vez?! ¡Marcos estás loco! ¡Tienes dos hijos! ¡Mía te va a matar! - me grita Ryan al otro lado de la línea.
- De hecho, esto ha sido idea suya. Tengo que colgar.
- ¡¿Qué?! ¡Hermano de que vas! ¡¿Me voy dos días y ya tienes una telenovela en tu oficina?! ¡¿Se puede saber qué... - pero cuelgo. Y segundos más tarde, Cloe está entrando por la puerta de lo más avergonzada, como si no supiera que es este sitio o como si no hubiera estado aquí ya mil veces.
- Hola, Marcos.
- Hola, siéntate- le digo poniéndome en pie y señalando el asiento que hay frente a mi. Ella me hace caso, se sienta y me mira esperando a que hable. Miles de buenos recuerdos me viene a la mente, porque aunque yo esté hasta las trancas por Mía, Cloe como novia o como mujer, es excepcional. Y eso es innegable.
- Bueno, yo no sé por dónde empezar, fue Mía la que me dijo ayer que tú necesitabas hablar conmigo y yo...
- Quiero saber si lo que tienes con mi hermano Raúl es de verdad y si de verdad quieres a mi sobrino como un hijo - digo interrumpiéndola de golpe.
- Lo es Marcos, yo quiero a tu hermano.
- ¿Le querías estando conmigo? - ella niega con la cabeza como si fuera un perrillo mojado, pero yo no pienso callarme - ¿Le querías a él cuando te acostabas conmigo? ¿Pensabas en él cuando te follaba?
Y no me importa si me paso de brusco, porque sé que me merezco mucho más que una explicación por su parte.
- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Yo ni siquiera sabía que erais hermanos cuando empecé con él porque éramos muy niños y apenas estuvimos juntos antes de que él se fuera! ¡Tú llegaste a mi vida mucho más tarde, siendo ya adultos! ¡Marcos tienes que creerme! - me dice con lágrimas en los ojos.
Cloe siempre había sido tan sensible...
- ¿Entonces porqué mi padre sabía de tu existencia? ¿Y porqué nunca me dijiste nada?
- Porque tu padre llevaba negocios ilegales con el mío cuando tu hermano y yo estábamos juntos. Después tu hermano se fue sin querer saber nada de nadie y eso me hizo muy infeliz, y mi padre lo sabía. Era igual de desgraciado que el tuyo, pero me quería de verdad. Y tardo mucho tiempo en dejarme claro a qué se dedicaba por no hacerme daño. Por eso tu padre siempre me ha querido como nuera, porque le facilitaba las cosas con él mío. Y que tú y yo estuviésemos juntos era para él perfecto.
- ¿Y porqué nunca me has contado nada de esto? - le digo sin querer mirarle a los ojos.
- Porque aunque no quieras creerme en este momento, yo nunca he querido hacerte daño. Y sabía que eso te iba a doler.
Y por mucho que sé que no me está mintiendo, no soporto la idea de seguir escuchando tantas verdades ocultas.
- Sal ahora mismo de mi despacho.
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TUYA (III)
RomanceTERCERA PARTE DE "Eres mía, preciosa" Después de todo lo sucedido en la vida de Mía y de Marcos, parece que el amor ha ganado... ¿O todavía es muy pronto para saberlo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite e...