#MíaSonrío cuando entro al cuarto de Liliana y veo a los tres niños dormidos en la misma cama. Todos lucen como pequeños ángeles, tan silenciosos e inocentes, que nadie pensaría en el terremoto que son capaces de formar nada más abrir los ojos. Me acerco a ellos y comienzo a zarandear con cuidado a Lili... dos minutos más tarde están todos corriendo por la habitación como locos.
- ¡Lili! - grita Tomi antes de tirarle un cojín y echarse a reír. Lili lo toma en sus brazos de lo más enfadada.
- ¡Pues ahora voy a decirle a tus amigos que has dormido en una cama de princesas con dos niñas! - exclama con tono vacilante. Yo aguanto mis ganas de reírme para que no aflore mi parte más infantil, pero me cuesta.
- Niños, no os peleéis. Vamos a vestirnos que vamos a bajar a desayunar juntos - Olivia me mira sin saber qué hacer, pero los otros dos parecen que ni me han escuchado.
- ¡A mamá que va que me estás amenazando! ¡Le voy a decir que te castigue! ¡Por chivata! - grita Tomi antes de salir corriendo de la habitación.
- ¡Pues yo le voy a decir que me estabas tirando cojines! - grita Lili también saliendo a toda prisa tras su hermano. Yo me quedo anonadada en mi sitio mientras miro a mi hija pensando en si ella se parecerá a sus tíos o no cuando cumpla unos años más.
- Venga, vamos a vestirte que la abuela ha mandado a que sirvan el desayuno para nosotras en el jardín.
- ¿Hay pancakes mami? - pregunta Olivia de lo más ilusionada haciéndome reír. Había sacado el mismo apetito que yo.
- No lo sé, cariño. Pero venga, dime dónde está la bolsa con tus cosas.
Encuentro la bolsa en el armario de mi cuñada, que a su corta edad, tenía más ropa que yo antes de mudarme con Marcos. Ayudo a Olivia a ponerse la camiseta de mangas cortas sobre otra de mangas largas y le ato los zapatos cuando ella termina de colocarse el pantalón. Después me dirige hacia el baño de Lili y comienza a sacar todos los utensilios para que la peine, porque obviamente ella sabía donde estaban las cosas y yo no. Olivia y Lili habían jugado miles de veces a cosas relacionadas con la peluquería en este baño, mientras que yo había entrado alguna que otra vez hacia muchos años. Esta casa tenía casi tantos baños como habitaciones.
- Toma mami- me dice Olivia extendiéndome dos gomillas con la cara de Olaf, uno de los personajes de Frozen.
- Te encanta Olaf, ¿eh? - le digo sonriente. Ella asiente con una sonrisa, y enseguida me doy cuenta de que esas gomillas las ha comprado Eva para ella y no para su hija, son tremendamente infantiles para Lili.
- ¿Y papi?
- Papá se ha tenido que ir a la empresa cariño, le han llamado porque tenía que trabajar - le digo mientras la miro a través del espejo. Me lamento cuando veo sus ojos apagarse lentamente. Sé lo mucho que echa de menos a Marcos mientras trabaja a diario, pero lo hace por ella y por nosotros. Algún día lo entenderá.
- Oye cariño - la llamo para cambiar el tema - tengo que contarte una cosa muy importante.
- ¿Voy a tener otro hermanito? - la observo. No sé lo que veo en su mirada, no sé si quiere un si o un no como respuesta por mi parte. Pero por suerte no era el caso, todavía es muy pronto para otro embarazo.
- No mi vida - le digo mientras paso el cepillo suavemente por su pelo - es otra cosa. Verás, sabes que más de una vez te he hablado de mis papás, de tus abuelos.
- ¿Abuelos como abuela Eva y abuelo Ramón? - pregunta de lo más curiosa con su tono tan característico de niña pequeña.
- Igual, te tocan lo mismo y se llaman Leonor y Héctor - me río cuando la veo mirarme con cara de confundida- Los conociste hace tiempo, pero eras tan pequeña que ni te acordarás.
- Yo no me acuerdo mami.
- Lo sé, cariño. El caso es que cuando papá y yo nos casemos, vendrán a la boda, o a lo mejor los conoces antes. Y quería que lo supieras - le digo con todo el cuidado del mundo para no meter la pata. Estoy intentando hacer lo más amena posible esta conversación, mi hija no deja de tener el entendimiento de una niña con sus cortos cinco años.
- Vale, pero el abuelo Ramón siempre va a ser mi favorito - anuncia antes de bajarse de la silla y salir de la habitación dejándome allí de lo más impresionada. ¿Ramón era su favorito? ¿Incluso por encima de Eva? ¿Desde cuándo?
Recojo las cosas con las que he peinado a Olivia, y dejo la cama de Liliana perfectamente hecha antes de salir de la habitación y bajar en busca de la comida para contentar los rugidos de mi estómago. Hasta que al pasar por la puerta de la cocina, escucho algo que atrapa toda mi atención.
- No lo entiendes Ramón, esto no es fácil para mí.
- Para mi tampoco lo es, Eva. Pero de nada sirve seguir con todo esto.
- No sé cómo solucionarlo sin hacerle daño a alguien a quien que quiero.
- Te entiendo mi amor, pero si no eres capaz de dar tú el paso adelante, déjamelo a mi. Pero déjame actuar antes de que esto siga complicándose y se nos vaya de las manos.
- Ese es mi mayor miedo.
Me voy de allí en cuanto les observo abrazarse, no debería de haber escuchado nada. ¿Qué están ocultando? ¿Qué tienen que arreglar? ¿Estará Eva enferma? ¿Querrán mandar a los niños a estudiar lejos? ¿Tendrá mi hombre idea de algo de esto? ¿De lo que traman su madre y padrastro? ¿Tan malo sería?
- ¡Mía! ¡Te están llamando! - me dice Tomi cuando dejo el móvil en la mesa para ponerme a desayunar con ellos.
#Llamada telefónica
- ¿Sí?
- Mía - Es Ryan, y por la forma en la que me ha nombrado siento que algo no anda bien - tienes que venir ya a la empresa. Es Marcos.
#Fin de la llamada.
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TUYA (III)
RomanceTERCERA PARTE DE "Eres mía, preciosa" Después de todo lo sucedido en la vida de Mía y de Marcos, parece que el amor ha ganado... ¿O todavía es muy pronto para saberlo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite e...