Capítulo 57

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"De camino a los Mundiales"

Era muy temprano cuando la señora Weasley fue a despertarlos al cuarto de Ron. 

Harry se levantó casi de inmediato cuando escuchó a alguien entrar a la habitación, bostezando y desperezándose, aunque sentía que recién se había acostado. La mujer le sonrió con simpatía, y escuchó, mientras se iba a duchar, cómo los otros tres hermanos se levantaban. 

Al salir del baño, se rió al ver que Fred y George estaban totalmente despeinados, quizá incluso más que él, y eso era decir mucho. Ron estaba un poco mejor, aunque parecía estar a punto de dormirse de pie. 

Todo fue casi a la carrera esa mañana, desde arreglarse hasta desayunar. Los gemelos se quejaban porque Bill, Charlie y Percy seguían durmiendo, pero como ellos podían aparecerse, no necesitaban madrugar.., aunque en realidad él no sabía porqué tenían que levantarse tan temprano. Evidentemente estaba aún algo dormido, porque no reparó en la idea de que tendrían que usar un traslador. 

Harry y Hermione fueron los que "juzgaban" si la ropa que usaba el señor Weasley era de acuerdo a la ropa que usaría un muggle, y realmente lo era, aunque con un sentido de moda un poco extraño, nada que fuera demasiado llamativo. Los hermanos conocían mejor la ropa muggle y tenían un par de ellas que se ajustaban tranquilamente a los adolescentes muggles. 

—En realidad, no deberías preocuparte por eso, los jeans rasgados son bastante comunes— le dijo Harry cuando Ron se quejó de que su pantalón estaba algo desgastado. —Yo también tengo unos así— aceptó.

—Los muggles tienen ropa rara— dijo, casi exasperado.

—Ajá, y las túnicas de colores no son raras.

Hermione se rió por lo bajo, pero al ver la mirada molesta de Ron, ella solo apartó la vista hacia otro lado. 

Harry escuchó al señor Weasley hablar acerca de un incidente ocurrido por algunos magos que trataron de aparecerse sin tener el permiso (los gemelos habían preguntado porqué ellos no podía solo aparecerse), y no pudo evitar sobresaltarse, asustado por la idea de dejar la mitad del cuerpo atrás. No sabía si sentirse reconfortado o no porque el señor Weasley parecía tan tranquilo al respecto cuando dijo que podían recuperarse, e incluso parecía más preocupado por la multa que por el hecho de la despartición en sí. 

Fue un tanto desagradable ver a la señora Weasley regañando a los gemelos Weasley cuando descubrió que estaban tratando de llevar varios de sus caramelos longuilinguos, especialmente cuando ellos también comenzaron a discutir con su madre. 

Harry no pudo soportar la escena mucho tiempo y pidió permiso para salir antes de la casa, adelantándose para esperar a los demás allí, llevando ya su mochila en la espalda. 

No se tomaba muy bien las escenas de discusiones, y mucho menos cuando los padres estaban involucrados en ellas. Tanto porque le recordaba demasiado a como Dudley discutía con su madre, como porque él no se podía imaginar a sí mismo discutiendo así; sabía que si hubiera crecido con sus padres sí iba a tener momentos donde pelearan... pero como no fue así, ahora no se podía hacer la idea de él discutiendo así con ellos. 

Incluso cuando se despidieron de la señora Weasley, ella y los gemelos no se hablaban. Eso solo hizo más incómoda la situación, pero tratando de aminorarla hablando de otros temas.

Mientras caminaban, el señor Weasley le explicó a Harry cómo habían hecho para organizarse en la forma de llegar todos al lugar donde se jugaba la Copa. Tenía que admitir que era un trabajo muy complicado, más porque los puntos de aparición tenían que estar bien escondidos, ahora ni los callejones eran del todo seguros por culpa de las cámaras de seguridad que estaban por todos lados: ningún muggle se tomaría bien ver a una persona aparecer de la nada en sus vídeos del circuito cerrado... aunque con lo escépticos que eran, mucho dirían que era un "error de cámara". También supo que irían con un traslador, y Harry puso los ojos en blanco al darse cuenta de lo despistado que fue al no pensar en ello antes. 

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