Insecurity

Capítulo 19

"La Madriguera"

Durante todo el vuelo hacia la casa de los Weasley, ellos trataron de animar un poco a Harry, ya sea contándoles sobre su casa, las bromas que los gemelos tenían preparadas (para horror de Ron, porque varias estaban dirigidas hacia Gryffindor), y también le comentaron sobre el auto y su padre, quien trabajaba en el ministerio. Se rió un poco ante la idea de que, si su padre fuera a su casa en plena labor, tendría que arrestarse a sí mismo.

Fue cuando estaban cerca de "La Madriguera" que Harry les contó sobre Dobby, y que fue el elfo quien había hecho magia, no él. Los gemelos encontraron el hecho demasiado curioso, pensando que podría ser una trampa para que Harry no volviera a Hogwarts ese año. 

Harry consideró la idea de que Dobby sea el elfo de los Malfoy, pero había cosas que para él, no cuadraban del todo.

Dobby no parecía mentirle cuando fue a avisarle sobre la "conspiración", así que no estaba del todo seguro que fuera una broma como tal lo ocurrido... Sin mencionar, que nadie sabía que sus tíos odiaban la magia, así que no podía ser adrede que alguien lo mandara a hacer magia para que ellos decidieran encerrarlo... Y si lo querían era lograr su expulsión... ¿para qué dejar que Dobby se presente? Hubiera sido más fácil poner al elfo a hacer magia en su casa sin que lo viera, así culparían a Harry directamente... no, era demasiado rebuscado para ser una broma.

Pero, si no era una broma, no entendía a qué se refería la advertencia de Dobby, ni tampoco entendía porqué le había avisado en primer lugar, más si eso parecía ser en contra de las órdenes de sus amos.

Frunció el ceño, dándole vueltas a ello en su cabeza, ¿qué estarían haciendo? ¿Quizá eso era parte de la supuesta broma y le estaba dando demasiada credibilidad al elfo? No sabía.

Suspiró y echó la cabeza hacia atrás en el respaldo, cerrando los ojos. Decidió prestarle más atención a Ron, quien le explicaba que le mandó como doce cartas para invitarlo a ir a su casa, y que estaba feliz de que pudiera ir con ellos, al menos.

Cuando comenzó a amanecer fue que llegaron a la casa de los Weasley, e incluso antes de salir del auto, Harry no pudo evitar decir lo increíble que encontraba la casa.

El plan de los hermanos era subir a los dormitorios sin hacer ruido, de tal forma que al "despertar" para la hora del desayuno, bajar y fingir que Harry había llegado durante la noche (el más pequeño tuvo que ahogar una risa, sería un milagro si la señora Weasley no preguntaba cómo es que llegó desde Privet Drive). De cualquier forma, el plan no resultó, porque la mujer pelirroja se acercó a ellos, justo para luego pararse delante de ellos, poniendo las manos en la cintura.

Para tener un rostro tan bondadoso... daba miedo verla enojada.

Luego de un regaño a sus hijos que pareció durar horas donde ellos, incluso siendo que los tres más altos que su madre, se vieran bastante cohibidos, la señora Weasley se paró delante de Harry, que retrocedió asustado. 

—Me alegro de verte, Harry, cielo— dijo. —Pasa a desayunar. 

Harry miró a Ron, preocupado, pero su amigo solo lo animó con un movimiento de cabeza y los gemelos le sonrieron, entonces el niño se animó a seguir a la mujer pelirroja, viendo, asombrado, la casa.

Todo dentro de la casa parecía estar apretado por falta de espacio, pero Harry pensaba que nunca había visto una casa más impresionante. Hedwig, que no se había despegado de Harry en ningún momento, ululó y voló de su hombro hasta una percha que había allí, donde parecía muy cómoda. 

También se dio cuenta de que todo era... anticuado, al menos comparándolo con el mundo muggle. La radio que la señora Weasley usaba era antigua, quizá no tanto, pero sí que había diferencia con la radio que tenía Dudley... aunque él nunca la usaba.