Capítulo 37

5.5K 779 380
                                        

"Un regalo de cumpleaños inusual"

Había pasado ya unos días desde que había visitado el mundo muggle. Había ido a algunas tiendas a comprarse algo de ropa decente, además de visitar otros lugares que no estuvieran muy lejos de la casa de su profesor. 

Luego de eso estaba de mejor humor, realmente había sido una buena idea, le había ayudado a despejar la mente... Aunque, como siempre, eso le había durado poco tiempo. 

No es que esté de mal humor, solo estaba algo... nervioso. 

Eran las una de la mañana, se había despertado temprano por un sueño. No recordaba de qué trataba, así que no podía decir si era una pesadilla o no, pensaba que sí, pero esos últimos tres días sus sueños fueron algo confusos, así que era difícil saberlo. 

Tomó sus lentes y miró al reloj luego de alumbrar suavemente la habitación con su varita. Hacía una hora había cumplido los trece años.

Bostezó y se levantó, caminando hacia la ventana de la habitación, un poco aburrido, aún tratando de definir cómo se sentía. 

Harry no sentía mucho entusiasmo por su cumpleaños, nunca lo había hecho. Normalmente eran días corrientes, a veces con más tareas de lo habitual en la casa de los Dursley, otras veces su tía lo mandaba a salir para no verlo, o simple y llanamente, era lo mismo de siempre y apenas y escuchaba una mención a ello. Su primo Dudley, por otra parte, solía pedir, a propósito, que sus padres le compren algo o le hagan un pastel, solo para demostrare que él no valía nada. 

Su cumpleaños más interesante había sido el número once, pues fue cuando descubrió que era un mago, y Hagrid le había dado, por primera vez, un regalo que no fuera malintencionado o para burlarse de él. Le había regalado un pastel (que no pudo probar debido a que Dudley se lo comió, pero agradecía de sobremanera el gesto), y a su preciosa lechuza. Harry nunca podría terminar de agradecerle a Hagrid, no solo por el regalo, sino porque, realmente, de no ser por él, nunca hubiera ido a Hogwarts.

No era porque fue él a buscarlo, porque si no era él, hubiera sido un maestro o alguien más. Él se refería a que, de no ser por los ánimos que le había dado, nunca hubiera decidido ir. Hagrid fue la primera persona en decirle que él no era un inútil o en dedicarle palabras de aliento, además, de ser el primero en decirle la verdad sobre todo. 

Realmente había considerado la idea de no ir, incluso luego de comprar su cosas... Había pensado en que, tal vez, era mejor olvidar todo y quedarse; después de todo, no se creía lo suficientemente bueno para ir a Hogwarts... incluso luego de ir, varias veces pensó en abandonar; pero Hagrid siempre lo animó y apoyó. 

Luego, su doceavo cumpleaños fue simplemente... horrible. 

Si solo hubiera tenido que fingir que no existía, no habría ningún problema por ello. Lo difícil había sido porque Dobby había aparecido, y, aunque no tenía malas intenciones... había provocado el peor castigo que recibió en mucho tiempo. Se estremeció solo de recordarlo. Incluso luego de ser rescatado por los Weasley pocos días después, había estado dolorido y tuvo moretones que no se curaron hasta casi mes y medio después. 

Cuando se apoyó en la ventana, decidió subirse y sentarse en el alféizar. 

Sintió, con gusto, el aire fresco de la noche; observando las estrellas que en ese lugar eran mucho más visibles que en Privet Drive, dando una vista muy bella. 

Realmente no estaba esperando nada en su cumpleaños de ese año. Quizá tenía una pequeña esperanza de recibir una carta de sus amigos, y solo con ello, sería más que feliz. Al menos estaba casi seguro de que no sería golpeado ese año. 

InsecurityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora