"La pesadilla se hace realidad"
Cuando Harry tocó el suelo, su pierna flaqueó bajo el dolor agudo, casi como si le hubiera dado de lleno en el sistema nervioso y terminó por caer al suelo, soltando la Copa que rodó a unos dos metros de él.
Sacudió solo un poco la cabeza para quitarse la tierra, y con mucho esfuerzo logró sentarse, limpiándose el rostro con cuidado para poder abrir los ojos y observar sus alrededores.
Era evidente que ya no estaba en Hogwarts, dudaba que estuviera cerca siquiera, porque no veía las montañas que rodeaban el castillo. En cambio, parecía estar en un cementerio.
Nadie le había advertido que la Copa era un traslador, y si debía serlo, estaba seguro de que debería de haberlo llevado directamente fuera del laberinto, no a un lugar como ese... porque no creía que aquello fuera parte del Torneo.
Como si su mente reaccionara nuevamente, se giró hacia los lados, tratando de encontrar algo, o más bien a alguien. Cedric no estaba por ningún lado. Si el adolescente hubiera tomado la Copa, debería estar con él sí o sí, porque era imposible soltarse de uno cuando se activaba, por lo que directamente no había llegado a tomarla.
Recordó entonces que había escuchado a alguien gritar la maldición imperius, y Harry supuso que, sea quien fuere, había evitado que Cedric tomara la Copa...
Adolorido, cansado, y ahora también asustado, no era capaz de unir todas las piezas en su cabeza, y no se le podía ocurrir porqué hacer todo aquello, y tampoco podía pensar que el dueño de esa voz familiar que escuchó gritar la maldición era el responsable de todo.
Trató de ponerse de pie, pero no conseguía que su pierna pudiera sostener su peso. Tomó su varita y creó una férula. Recién entonces pudo ponerse de pie.
Alcanzó a ver una colina, y lo que parecía ser la silueta de una casa antigua...
De haber conectado ideas a tiempo, quizá hubiera podido pensar en tomar el traslador de inmediato y abandonar el cementerio.
Escuchó pasos, y alzó la varita en respuesta, apuntando hacia donde había escuchado el ruido.
Escudriñando en la oscuridad, vislumbró una figura que se acercaba caminando derecho hacia él por entre las tumbas. Harry no podía distinguirle la cara; pero, por la forma en que andaba y la postura de los brazos, pensó que llevaba algo en ellos. Quienquiera que fuera, era de pequeña estatura, y llevaba sobre la cabeza una capa con capucha que le ocultaba el rostro.
La distancia entre ellos se acortaba a cada paso, permitiéndole ver que lo que llevaba el encapuchado parecía un bebé... ¿o era simplemente una túnica arrugada?
Entonces, sin previo aviso, la cicatriz empezó a dolerle. Fue un dolor más fuerte que ningún otro que hubiera sentido en toda su vida. Al llevarse las manos a la cara la varita se le resbaló de los dedos y terminó en el suelo. Cayó de rodillas y se quedó sin poder ver nada, pensando que la cabeza le iba a explotar en ese mismo instantes. Ni siquiera podía gritar porque la voz se le quedó atorada en la garganta. Sintió arcadas, se dio cuenta entonces que algo caliente le caía hacia el labio, y entendió que la nariz había comenzado a sangrarle.
—Átalo— escuchó decir a la misma voz fría de sus sueños.
El dolor apenas comenzó a remitir cuando sintió que era arrastrado por alguien, entró en pánico de inmediato, pero era una sensación extraña: no era como otras veces, no sentía ningún tacto... Debió ser mediante magia que lo arrastraron por el suelo.
Harry apenas alcanzó a leer el nombre en la lápida contra la que fue puesto y posteriormente inmobilizado:
«TOM RIDDLE»

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Insecurity
Fanfiction[Primera parte - FINALIZADA] »Primer a cuarto curso de Hogwarts. _________________________________ Harry Potter llega a Hogwarts, pero el temor y la incertidumbre se volvieron una constancia en su vida y le impiden disfrutar su nuevo mundo como debe...