Insecurity

Capítulo 74

"Las pesadillas regresan, más reales que nunca"

—Te ves terrible. 

Harry gruñó suavemente y recostó su cabeza contra sus brazos sobre la mesa, soltando un largo bostezo. 

—¿Dormiste algo siquiera?— preguntó Theo.

Solo recibió un nuevo gruñido mientras se acomodaba entre sus brazos. 

Las pesadillas lo estaban volviendo loco. 

Le había comentado al profesor Snape al respecto, pero tampoco podía hacer más que darle una poción para dormir cada tantos días, generalmente el domingo para poder comenzar la semana con la mente más o menos clara, no podía tomarlas siempre porque eran adictivas a la larga. Hasta que dominara la oclumancia, no había mucho que podía hacer para disminuir esos horrorosos sueños. 

Hablar con el profesor había ayudado un poco a disminuir los sueños las primera veces, pero luego todo empeoró. 

La casa de los Dursley, cuando asesinó al profesor Quirrell, cuando fue poseído por Voldemort, los dementores, la muerte de sus padres, incluso cuando su nombre salió del cáliz... No era tan raro para él que esos recuerdos volvieran de vez en cuando, pero luego de las clases de oclumancia estas eran peor que nunca, y siempre despertaba agitado, sudando, y a veces enfermándose del estómago.  

Esa vez había tenido tanto miedo de dormir que no había pegado ojo, no queriendo sufrir de otra pesadilla. Había estado leyendo o practicando meditación, pero se negó a dormirse, prefiriendo esperar a que llegara el fin de semana cuando se le permitiera tomar nuevamente una poción para dormir sin sueños. 

Aún a pesar del cansancio, no estaba de tan mal humor. De hecho, estaba algo animado. El que los gemelos hayan asustado a Malfoy con una de sus varitas falsas no tenía nada que ver, claro. 

Se levantó de su asiento luego de terminar su té y salió con Theo para ir a su clase de Transfiguración, encontrándose con Hermione en el camino, quien se estaba quejando porque le había llegado una nueva carta debido al artículo de Rita Skeeter de que ella había "engañado" a Harry con Krum.

—Juro que voy a descubrir cómo lo hace— dijo ella, decidida. 

—Si quieres le preguntaré a Padfoot si hay métodos mágicos parecidos a los micrófonos ocultos muggles— le dijo, ladeando la cabeza antes de volver a bostezar. 

—Eso sería genial, Harry— asintió ella, sonriendo. 

A pesar de que se pasó más dormido que despierto durante la clase, Harry logró copiar los apuntes de Theo y no perderse demasiado, y para cuando acabó, ya estaba un poco más despierto.

Se dirigieron hacia la cabaña de Hagrid para la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, donde ya estaban Ron y Neville, hablando con el semi-gigante. 

Aunque a Harry ya le habían gustado las otras clases, esa fue de sus favoritas, pues tendrían una especie de competencia en la que debía trabajar con escarbatos. Debían buscar monedas de oro y el que tuviera al escarbato que encontrara más recibiría un premio.  

Harry tomó a uno bastante cariñoso, que le causó cosquillas y le hizo reír cuando olfateó su oreja. 

—¿Cómo se llama este, Hagrid?— le preguntó, abrazando al animalito. 

Al semi-gigante parecieron brillarle los ojos por la pregunta. Harry no sabía si porque había estado esperando que alguien pregunte, o porque acababa de darle una idea. 

—Pueden nombrar a sus escarbatos como gusten, Harry— dijo, sonriendo. 

Fue así que se dio un pequeño tiempo donde los estudiantes le ponían nombres divertidos a sus escarbatos, ya sean nombres tontos o algunos más serios. Otros, como Malfoy y Parkinson, ni siquiera intentaron nombrarlos. La niña estaba molesta aún porque su escarbato trató de quitarle su reloj.