Capítulo 64

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"Aceptando la realidad"

Cuando Harry volvió a abrir los ojos, durante unos instantes pesó que sería mejor que no lo hubiera hecho.

Se removió incómodo entre las sábanas, casi cayendo de la cama mientras intentaba levantarse. Vio la hora y descubrió que solo había logrado dormir dos horas, o quizá una y media aproximadamente, no estaba seguro. 

Había estado pensando demasiado en lo que ocurrió, y le tomó horas, sin ser exagerado, para poder asimilar que no había sido solo una pesadilla, y en realidad estaba en medio del Torneo de los Tres, ahora Cuatro, Magos. 

No tenía ganas de salir de la habitación, quería solo estar todo el día en la cama. Era sábado, así que, en realidad, podía hacerlo, nada le obligaba a salir. 

Aún así, sintiéndose que se volvería loco si no conseguía despejar la mente, y sabiendo que quedarse allí solo haría que piense aún más en todo lo que estaba sucediendo, se duchó y preparó para salir, ocupando su ropa muggle con la esperanza de que así no lo "identifiquen" tan rápido. 

Igual no se arriesgo y salió con su capa de invisibilidad. 

Era demasiado temprano, y como era sábado, no se encontró con casi nadie, por lo que tomó seguridad para sacarse la capa y sentarse a comer, aunque con la capucha de la sudadera encima de la cabeza, solo por precaución. 

De cualquier forma, no fue mucho lo que comió, porque sentía que terminaría vaciando el contenido de su estómago si trataba de comer aunque sea un poco más de medio plato de un desayuno inglés completo. 

Cuando más personas entraron al Gran Comedor, se apresuró a salir mientras mantenía la cabeza gacha, y antes de que alguien pudiera reconocerlo, ya se había metido en un pasillo y cubierto con la capa. 

Lo primero que hizo fue ir a la lechucería para mandarle una carta a Sirius y Remus, sintiendo que era necesario que, cuanto menos, ellos se enteraran de él mismo acerca de lo ocurrido antes que alguien más les diga. 

Mimó a Hedwig, quien le picoteó cariñosamente los dedos como para decirle que todo estaría bien, y luego emprendió vuelo. No fue hasta que la perdió de vista que volvió sobre sus pasos, esta vez para salir del castillo. 

Comenzó a caminar hacia el bosque, pensando que podría estirar las piernas o más bien, esperaba poder distraerse con las criaturas que estaban estudiando. 

No fue hasta que estuvo entre los árboles que dejó la capa para guardarla en sus bolsillos. Permitió que Zar saliera para que se perdiera entre los arbustos, sabiendo que a su serpiente le gustaba cazar allí. Al comienzo no le había gustado dejarlo ir porque temía lo que pudiera pasarle... pero luego entendió que más bien, era de las demás criaturas por las que debía preocuparse, por lo que le instruyó al basilisco no dañar a las demás criaturas mágicas del bosque, algo que en su momento fue divertido por la forma en la que Zar había movido su cola de arriba a abajo como un gato molesto, aunque no le tomó mucho aceptar la "orden", que más bien fue una petición. 

Harry caminó mientras trataba de no pensar demasiado en el Torneo, aunque era difícil incluso ahí, pues no dejaba de recordar el rostro de todos los demás que, una vez pasó el ataque de pánico, fue capaz de apreciar más claramente. 

Se acercó al corral donde estaban los hipogrifos y saltó encima de este, acercándose directamente a Buckbeak y, tras una breve reverencia, el hipogrifo le permitió terminar de caminar hacia él para poder mimarlo. 

Todos lo habían visto con sorpresa, pero a distintos niveles. Algunos parecían sorprendidos de que entrara al Torneo, otros de que lograra "pasar" la línea de edad, otros simplemente no podía definir su expresión. Algunos estudiantes lucieron extremadamente molestos, algunos lucían asustados.

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