Capítulo 15

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"Las pruebas bajo la trampilla"

Harry esperó, ansioso, a que todos se durmieran para poder salir de la sala común. Los mayores fueron los últimos que escuchó, ya era muy tarde, pero no podía arriesgarse a salir mientras hubiera alguien en la sala común.

Había estado leyendo libros de encantamientos como Hermione sugirió, esperando encontrar algo que pudiera ayudarle.., pero estaba tan nervioso que dudaba que algo se le hubiera quedado realmente en la cabeza.

Cuando se levantó de la cama para sacar su capa, la voz de Theo lo detuvo.

—¿Vas a salir de nuevo?

Contuvo el escalofrío y se giró hacia su compañero. Apenas lo veía, pero sabía que no estaba enojado, tan siquiera parecía sorprendido de que iba a irse.

—Hum... sí, tengo que salir— admitió, removiéndose un poco incómodo.

—¿Me dirás la razón?— tanteó, Harry sabía que estaba esperando una negativa.

—Es algo largo... así que tendrás que esperar a cuando vuelva— murmuró, no estando seguro de que lo haya escuchado.

—Al menos has dicho "cuando vuelva" y no "si vuelvo"— recalcó, suspirando. —Supondré que tienes una buena razón para escaparte luego de que todos se hayan dormido.

—La tengo— aseguró Harry, apretando la capa contra su pecho.

—Bien. Pero más vale que cuando te pida que me acompañes a algún lado con esa capa, lo hagas— bromeó, relajando así a Harry.

—Sabes que sí— sonrió, asintiendo.

Se despidió de su compañero y salió de la habitación bajo la capa, sintiendo que el corazón le latía a mil por hora.

"Solo espero que realmente sea un cuando vuelva".

Fue rápidamente a buscar a Hermione y a Ron, fue una carrera muy larga desde las mazmorras hasta las torres de Gryffindor y Ravenclaw.

Debía decir que le resultaba un poco extraño, se suponía que los estudiantes no debían conocer las sala comunes de otras casas, pero ahí estaba él, ya conocía la de dos casas además de la suya, e incluso había pasado tiempo libre en una que no era la suya.

Hermione salió casi de inmediato cuando Harry llegó, parecía estar atenta a su llegada. Ron tardó un poco más, según él, el mejor amigo de los gemelos, Lee, no se iba y tuvo que esperar a que fuera a dormir.

En realidad estaba demasiado incómodo por la cercanía con sus amigos. Sentía que el corazón le latía con tanta fuerza que era posible escucharlo... aunque probablemente, incluso si eso fuera posible, Ron y Hermione hubieran pensado que era por los nervios de lo que estaban por hacer.

Harry se arrepintió de no haberles pedido de nuevo el mapa del merodeador a los gemelos cuando se cruzaron con la señora Norris, pero por suerte, esta ni siquiera dirigió sus ojos hacia ellos, como si los ignorara a propósito. Los tres se sintieron agradecidos por eso, no tenían ni idea si la capa también burlaba a los animales.

No se encontraron con nadie más, hasta que llegaron a la escalera que iba al tercer piso. Peeves, el poltergeist, estaba flotando a mitad de camino, aflojando la alfombra para que la gente tropezara.

—¿Quién anda por ahí? —dijo súbitamente, mientras subían hacia él. —Sé que están aquí, aunque no pueda verlos— anunció, haciendo que los niños se quedaran quietos. —Llamaré a Filch, debo hacerlo, si algo anda por ahí y es invisible.

Harry se aclaró la garganta de forma silenciosa.

—Peeves— dijo en un ronco susurro, sorprendiendo a Ron y Hermione. —El Barón Sanguinario tiene sus propias razones para ser invisible.

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