Capítulo 35

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"Un pequeño paso"

—Pensar que el hijo de Lily y James estaría así... ¿Dices que no sabes nada de lo que ocurrió?

—No, al menos no a palabras exactas. Y dudo que el niño vaya a decir algo. 

—Si es tan malo como lo hizo parecer su historial, no es de sorprenderse que sea reacio a decírselo a alguien. Probablemente ya había perdido la esperanza de alejarse de ese tipo de vida. 

—No hubiera sido tan difícil si Albus no hubiera enviado a Harry de nuevo a esa casa cuando le dijo lo que le hacían— resopló, frotándose el entrecejo. 

—Solo he visto un momento, Severus... pero creo que lo mejor que puedes hacer es llevarlo con un psicólogo. Estudié algo de psicomagia, pero no tengo demasiados conocimientos como para atender a un niño que sufrió probablemente once años de maltrato. 

—Ese era el plan, pero de cualquier forma, ¿podrás tratar? Quizá puedas entablar conversación con él. 

—No es como si pensara evitarlo, ¿sabes? 

Severus bufó. Realmente, ¿quién influenció a quién? Estaba comenzando a dudar. 

—Bien, ¿qué tiene planeado?

—¿De qué hablas?— arqueó un ceja. Esta vez quien soltó un bufido fue Regulus. 

—Tienes a un niño de doce años arriba. No dejarás que se quede ahí todo el día, ¿no?

—Kreacher irá a buscarlo cuando el desayuno esté listo. 

—Después del desayuno, Severus. Harry seguramente no hará nada a menos que se lo digas, así que deberías decirle lo que puede o no hacer. 

Severus se frotó el entrecejo, asintiendo con la cabeza. 

Sabía en lo que se metía cuando habló con el director para confrontarlo aquella vez, más cuando aceptó llevar al niño a quedarse con él durante las vacaciones. 

Harry por su parte, abrió un poco los ojos y tardó unos segundos en recordar dónde estaba. Se levantó con cuidado y bostezó, frotándose los ojos. 

Se colocó las gafas y vio el reloj de pared, sintiéndose algo nervioso al ver que ya eran las siete y media de la mañana. ¡No podía creer que se había quedado dormido! 

Se levantó a prisas y fue a ducharse lo más rápido que pudo, esperando que su profesor no se enoje por su tardanza. La poción que el maestro le dio el día anterior le provocó demasiado sueño, y antes de las nueve y media ya estaba totalmente dormido, ni siquiera había podido terminar de leer el sexto capítulo de su libro cuando el sueño lo venció. 

Cuando terminó de ducharse y estaba saliendo, dio un salto hacia atrás cuando el elfo... Kreacher, si no mal recordaba, apareció en la habitación. 

—El maestro Severus lo espera abajo para desayunar en diez minutos. 

—Muchas gracias, Kreacher...

Harry se sintió extrañado ante la mirada meticulosa que le dio el elfo. ¿Acaso nadie agradecía a los elfos su trabajo?

Negó con la cabeza y acomodó rápidamente su cama para salir y bajar al comedor, un poco más tranquilo al saber que, por lo menos, estaba llegando a tiempo. 

Se preguntó si el profesor le daría una lista de tareas específicas que quería que hiciera, o si solo le diría que hiciera lo que siempre hacía en la casa de sus tíos. Realmente no estaba tan temeroso por ello, porque, al menos, el profesor Snape no parecía tener la intención de golpearlo: en el colegio había hecho muchas cosas y no lo habían golpeado... aunque, por otro lado, eso podía ser solo porque estaban en un lugar lleno de gente, tío Vernon había sido amable cuando había gente cerca, pero en casa, había sido de todo, menos eso. 

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