capítulo 6

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Louis no cambia de opinión cuando se despierta al día siguiente, aunque si llega a sentirse algo así como muy miserable cuando son las seis y quince de la mañana y la alarma suena terriblemente alto en alguna parte de sus oídos y tiene esta congestión repentina en donde toda el área del tabique y los párpados inferiores le molestan demasiado y el cielo todavía parece estar demasiado oscuro como para tratarse de una hora decente para abrir los ojos aun cuando realmente ya está amaneciendo y solo debe darle al sol unos cuantos minutos más.

Por supuesto, él quisiera ser el que tuviera aquel tiempo de gracia, y realmente considera todas las opciones disponibles que tiene, que se reducen a solamente dos y terminan en él levantándose de la cama en esos mismos instantes, mientras su teléfono sigue sonando, o quedarse allí tirado hasta que sean las siete y tantas y sea algo así como lo mismo de todas las mañanas, de cualquier otro día.

Podría hacerlo, lo cierto es que las ganas no le faltan y el sueño que carga encima es lo suficientemente grande como para convencerlo en un sencillo chasquido de dedos. Sin embargo, y cuando levanta la cabeza para extender la mano hacia el móvil y poder deslizar el dedo por la pantalla para por fin acabar con aquel irritante sonido que lo único que está haciendo es aumentar su mal olor y la molestia en toda la sección de su nariz y pómulos; sus ojos se enfocan en la caja negra de terciopelo, y de pronto, como una especie de rayo caído del cielo directo en su ambición, recuerda todo el propósito de haber puesto aquel despertador a aquella hora en primer lugar.

Así que ahora Louis es un poco más consciente de sus acciones y de la razón de ellas, y quizás todo el asunto que se supone que va a acontecer en ese día es la motivación justa que necesita para apagar de una buena vez el teléfono y quitarse las sabanas de encima. Se sienta en la orilla de la cama con un bostezo de por medio, cierra los ojos por un segundo que se extiende a dos y se pone de pie antes de que el sueño lo venza y cambie de parecer, cosa que no quiere.

Se estira y se saborea la boca, una pequeña mueca se forma en su nariz cuando no le agrada su propia amargura y casi de manera automática se dedica a ir al baño para poder realizar su rutina matutina de todos los santos días.

Nada es demasiado diferente, excepto por el hecho de que tiene un vibrador anal guardado en aquella caja que reposa en su mesita de noche y que espera por él ansiosamente al igual que la persona que le ha propuesto esta arriesgada e indecente aventura en donde Louis todavía no encuentra un motivo decente por el cual involucrarse y que es por eso que lo ha aceptado en primer lugar. Pero después de eso, todo es lo mismo.

Se cepilla los dientes, se da una ducha rápida porque siempre se asegura de restregarse bien la noche anterior, y sale del espacio que ha guardado sus travesuras previas con tanto recelo que es imposible que alguien se entere de lo sucio que puede llegar a ser, eso sí exceptúa a su admirador, quien probablemente vaya a tener una idea de qué cosas Louis puede llegar a hacer cuando está caliente o es provocado tan pronto como se entere que lleva aquel vibrador puesto.

Pensar en ello le provoca esta sensación hormigueante en las entrañas mientras termina de secarse el cuerpo, y ese mismo cosquilleo encuentra la manera de concentrarse en su entrepierna, de forma que tiene que cerrar los ojos y no tener aquel asunto demasiado presente cuando en serio tiene que moverse y no distraerse, por lo menos ahora. Así que se llena la cabeza de cualquier cosa, incluso la letra de una canción que se sabe por parte, y consigue salir del cuarto de baño para poder entrar a la habitación.

Se acerca a la mesita de noche, enciende la pantalla de su teléfono para echarle un vistazo a la hora y se dice que las seis y treinta y siete es suficiente tiempo para hacer y deshacer todo lo que quieras. Se pasa la lengua por los labios, el nervio se acumula en la punta de sus dedos y jura ver en su propio pecho como el corazón le choca con cada nuevo latido rápido y duro que da contra su caja torácica, aquella sensación electrizante se vuelve a hacer presente y esta vez no intenta detenerla ni mucho menos, porque sabe lo que está por hacer y no puede evitarlo ni un segundo más.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora