capítulo 21

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Louis no está seguro de si ha sido por el afán de recibir cualquier cosa o si ha tenido que ver con el hecho de que siempre le ha encontrado cierta magia a todas las primeras veces, pero de alguna manera comete el terrible error de no medir su propia fuerza y hacer esto de ser increíblemente descuidado cuando alza la paleta en el aire y la deja caer en su nalga derecha.

El sonido es tan seco como el de un cuerpo estrellándose de plano contra una superficie acuosa, ese que resuena en sus tímpanos como un chillido demasiado agudo, propenso a llevarlo a la insanidad por la irritación que le provoca cuando no está acostumbrado a ese tipo de galillos. La habitación se llena de aquel eco sórdido, tan solo para ser acompañado de ese jadeo que retumba dentro de las cuatro paredes y que se queda flotando junto con la respiración que le ha sido arrebatada de golpe.

Las cejas se le alzan por inercia, los párpados se le amplían en una mueca de sorpresa, sus lagrimales se llenan de todo ese líquido salado que con un solo pestañeo puede salir despavorido por sus enrojecidas y cálidas mejillas, y el dolor que se extiende por su glúteo derecho es tan agudo como el llanto de un abatido que ha quedado a la deriva de un mar lejano y que ya no tiene opciones de vida ni mucho menos esperanza.

Empieza como un estruendo, que se convierte en pellizco, que se transforma en pinchazo, que cambia a ardor infernal, que transmuta en un cosquilleo electrizante que encuentra la ruta entre sus venas y asciende justo al lugar en el que se encuentra su corazón, que se renega en dolor y una pizca de alborozo que no identifica de inmediato porque vuelve a transfigurarse en ese suplicio que no le gusta por uno, dos, tres segundos, esos en los que maldice una y otra y otra vez, hasta que aquella sensación se muda y vuelve a ser una especie de deleite que lo desconcierta por completo.

—U-Uno— Su voz tiembla cuando el número sale, tan inestable como puede estarlo cuando el cuero ha sido pesado contra su piel, agresivo, abusivo, o quizás ha sido su propia fuerza y el material no tiene la culpa de la agonía que se queda en su pecho, pero que de todas formas lo confunde cuando en su piel se encuentra este hormigueo para nada desagradable que no es capaz de interpretar ni, aunque lo intente.

El aire le sale en un trémulo, hasta el punto en el que no puede ni siquiera considerarse respiración cuando necesita llenarse los pulmones y dejar circular el oxígeno con la intención de apaciguar la conmoción que le queda en el alma, esa que se agita en la incertidumbre que le provoca la confusión de todo lo que un solo golpe le ha hecho sentir, y es que Louis ahora, mientras los segundos pasan con lentitud para su bendición, se encuentra brincando en un solo pie por encima de esta línea que divide el dolor y lo que podría ser la cúspide del placer.

Es nuevo, se trata de algo que definitivamente no ha experimentado antes, de esto que ni siquiera en su vida podría haber imaginado que existía y que, sin embargo, y ahora, se encuentra envuelto en ello con tanta pulcritud que guarda la creencia de que va a fallecer.

No está seguro de si es una buena idea el morir por culpa de un solitario golpe en su asentadero, pero tampoco lo cree demasiado imposible cuando el pensamiento de dar su último aliento le cruza por la cabeza. No lo hace, por supuesto, sigue gozando de una vida que ahora ha dado un giro de noventa grados y que lo ha dejado de cabeza por completo.

El ruido que hace la computadora lo espanta hasta el punto en el que llega a dar un respingo en su posición arqueada, y con la mirada nebulosa arrastra los ojos hacia la pantalla. La cabeza le pesa y el espíritu también, y el pensamiento de necesitar recostarse por un momento se ve opacado por la lectura mental que ejerce sobre el nuevo texto.

"Levanta la pala para ver como quedaste, muñeco"

Es una petición razonable cuando Louis ha dejado la superficie de cuero pegada a su piel, pero eso solo ha sido por el fugaz temor de que el material se le haya quedado pegado a la dermis y que si se le ocurría alzarla todo el lado se le despegaría. Es absurdo, exagerado incluso, y el joven abogado llega a comprobar que es incluso imposible cuando retira el objeto de su lugar y su nalga queda a la vista.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora