prólogo

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Louis tiene una buena vida, una en la que no cree tener el derecho de quejarse en absoluto porque las cosas van increíblemente bien y no puede estar más agradecido con el cielo por ello. Tiene su propio piso en un edificio decente en una agradable zona en la ciudad de Londres, se ha graduado de la universidad y conserva este título que lo hace un licenciado autorizado en el Derecho, lo que significa que es todo un abogado certificado.

También tiene este impresionante empleo en una de las firmas más importantes de Londres, y aunque su puesto es de nada más que un asistente, tiene la dicha de estar con el dueño y jefe del mismo bufete, cosa que es asombrosa, porque además de tener este buen salario que le ayuda a pagar todas sus cuentas y darse alguno que otro lujo bien merecido; él realmente está aprendiendo un sin número de cosas que definitivamente le ayudarán para su futuro.

Así que sí, Louis tiene, desde muchas perspectivas, una muy buena vida. Y está contento, podría decir que feliz incluso si tan solo tuviera resuelto el asunto de la pareja, pero de verdad no puede ser quejumbroso con nada cuando prácticamente tiene todo lo que necesita.

Son las siete de la mañana de un viernes cualquiera cuando la alarma empieza a sonar con fuerza, provocando que Louis abra los ojos estrepitosamente y una mueca de desagrado que dibuje en todo su rostro cuando él verdaderamente no es una persona demasiado matutina. En realidad, detesta con todas sus fuerzas el despertarse antes de las nueve y todo es tan insufrible como puede serlo y si pudiera cambiar su horario laboral a algo después de las diez o incluso a esa misma hora, entonces lo haría, pero por supuesto, eso no está en su poder, así que tiene que conformarse con este irritante reloj que no se calla por absolutamente nada del mundo y que lo único que hace es ponerlo de mal humor.

Un gruñido se escapa de sus labios al mismo tiempo en el que se gira sobre su costado y extiende la mano hacia la mesita de noche en donde se encuentra su teléfono, desliza el dedo por la pantalla y consigue apagar aquel incesante y fastidioso sonido tan solo para suspirar con cierto alivio de por medio. Se estruja los ojos con los dedos, y con la fuerza de su propio abdomen se sienta en el colchón.

Le toma un segundo completo el despabilarse totalmente, y quizás no llega a hacerlo del todo, pero tiene que ponerse de pie y no lleva consigo ningún otro remedio. Se quita las sabanas de encima y así mismo las dobla para poder dejar su cama hecha y lista para el resto del día, aguardando por su retorno alrededor de las siete o si tiene mucha suerte las seis y treinta. Un bostezo inmenso se le cuela por la boca, se calza los pies y con un silencio agotador camina hacia el cuarto de baño para poder asearse.

Tiene la costumbre de ducharse primero, porque el agua fría definitivamente lo devuelve a todos sus sentidos y despierta cada músculo de su cuerpo, sin mencionar que por alguna razón nunca le alcanza el tiempo cuando se desayuna primero aun cuando sabe que se debe a que se pone a leer el periódico para absolutamente nada porque al final las noticias le parecen algo así como patrañas.

Es un poco irónico tener ese pensamiento llevando en cuenta que es abogado, y que se supone que trabaja en una increíble firma, pero tampoco es como que anda por allí soltando esas ideas y compartiendo opiniones que nadie le ha preguntado en absoluto.

Se echa un vistazo en el espejo del lavamanos, los ojos le pesan por la somnolencia y tiene el flequillo hecho un verdadero nido de pájaros cuando aparentemente se ha movido demasiado en aquella noche, no recuerda haber tenido ningún sueño que le haga saber por qué ha estado tan agitado entre las sábanas y no le dedica más importancia de la que realmente no merece cuando es consciente de que los minutos siguen pasando y que necesita el tiempo de su lado.

Así que, enfocado en su rutina matutina y más o menos miserable cuando en serio le gustaría estar en su cama por los menos cinco minutos más, Louis se dedica a lavarse la cara, enjuagarse la boca para evitar el sabor amargo que le ha quedado de una noche larga y meterse a la ducha para que el agua fría le caiga en el cuerpo y lo despabile por completo.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora