Capítulo 69

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Louis no se toca en el baño esa mañana, ni en ningún otro lugar. Primero porque tiene la impresión de que se puede meter en serios problemas si su jefe se entera —cosa que no sabe si es realmente buena o mala—, y segundo porque tiene trabajo que hacer.

Las horas le pasan por encima con velocidad terrorífica entre toda esa lectura, análisis y redirecciones de llamadas constantes de clientes que quieren comunicarse con el gran abogado Harry Styles pero que no tienen su número privado para hacerlo.

Se ha tomado dos tazas de café, como siempre, le ha ofrecido una a su superior con diligencia absoluta —y sí, Louis definitivamente recuerda lo que le dijo en el restaurante sobre cómo supo que gustaba de él, y sí, estaba sonrojado todo el rato bajo la atenta mirada verdosa de aquel hombre que no sabe lo dolorosamente delicioso que luce con esos lentes— y ha regresado a su escritorio para continuar con sus labores hasta que la hora del almuerzo llega sin que se dé cuenta.

Es solo cuando el señor Styles sale de la oficina que tiene la oportunidad de echarle un vistazo al tiempo, y sus nervios se disparan como cohete hacia el cielo al recordar que este no es un día común y corriente y que la tarde que lo espera es mucho más prometedora de lo que puede imaginar.

—¿Estás listo para irnos? —pregunta el rizado, todavía con el cabello suelto y los rizos espectaculares, demasiado oscuros para el reflejo de la luz, demasiado tentativos para los dedos de Louis—. Ya es hora.

No tiene los lentes puestos, naturalmente, pero eso no resulta en tristeza para el castaño, quien se deleita con el color casi aceitunado de aquellas cuencas y recuerda la intensidad que ha visto a través de ellos en esas horas tempranas del día. Un escalofrío amenaza con repasarle la columna vertebral y descolocarlo por completo, pero su —poca— fuerza de voluntad le permite contenerse en el momento justo para evitar reacciones físicas que no le convienen por el momento.

Ni a él ni a Harry.

Se relame los labios rápidamente y guarda el archivo que tiene abierto en el computador antes de mover la cabeza en un asentimiento torpe porque el señor Styles no le quita la vista de encima y Louis jura que ha empezado a seguir los movimientos de sus manos con cada acción que realiza.

Respira en silencio sintiendo el breve apretón en sus entrañas.

—Sí, sí —murmura antes de ponerse de pie. Guarda un par de cosas en su maletín, se acuerda de agarrar su billetera y su teléfono del cajón en el que siempre los guarda y lo coloca todo dentro con una velocidad tan torpe, que es casi un milagro que no se le caiga nada en el proceso.

Harry permanece en silencio mientras aguarda por él, cosa que logra que Louis se ponga un poco más tenso que antes y evada de vez en cuando su mirada.

No es que no quiera verlo a los ojos y encontrarse con el pecado reflejado en ellos —en realidad, no quiere, pero solo porque sabe que tienen que marcharse y perder el tiempo no es una opción—, es solo que, Louis realmente quiere evitar el contacto visual para no tener que arrepentirse de todas las decisiones que tomó en el almuerzo del otro día.

Sabe que si Harry lo ve como lo hizo cuando estaban en la oficina, se perderá de todo lo que alguna vez ha deseado, y se convertirá en el mismo muchacho desenfrenado que dejó en Oxford el día de su graduación.

No está seguro de si su jefe realmente deba ver esa parte suya, y aunque eventualmente y con el tiempo probablemente la termine conociendo, por ahora prefiere retrasar el encuentro, por lo menos hasta saber que no va a espantarlo ni a abandonarlo al ser incapaz de llevarle el ritmo.

—Estoy listo —anuncia el castaño de pronto, aunque es más para sí mismo que para su superior porque necesita echar a un lado todos sus pensamientos y enfocarse en su presente.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora