Capítulo 55

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Louis cruza la puerta del baño en el preciso instante en el que su teléfono comienza a sonar. Hay una toalla que cuelga de su pelvis con recelo absoluto cuando se la ha ajustado lo suficientemente como para que no se mueva de su lugar, y tiene estas gotas de perlas adheridas a los hombros que se forman tan solo porque no ha sido particularmente cuidadoso al momento de secarse tras aquella ducha que le ha servido para lavarse y nada más.

Está de más decir que ha intentado buscar consuelo y razonamiento debajo de la lluvia artificial. La inocente creencia de que encontraría la inspiración con el agua cayendo sobre sus hombros no ha sido nada más que una expectativa fantasiosa de su parte cuando todo lo que ha podido lograr ha sido lavarse la cabeza y no llegar a ninguna conclusión.

Se le está haciendo difícil, porque todo su raciocinio está dividido entre decirle que sí y negarse completamente a estar con él, porque le preocupa el futuro, porque le angustia lo que pueda suceder, porque le causa tanta ansiedad el siquiera imaginar que su jefe sólo quiere jugar con él que su mecanismo de defensa les pide a gritos que lo considere un poco más, hasta que sea imposible, hasta que no haya resuelto cada punto habido y por haber en relación al asunto.

No va a llegar a ninguna parte de ese modo, la pequeña voz dentro de su cabeza se lo dice unas dos veces, pero casi no la escucha cuando insiste en seguir repitiendo el mismo proceso hasta que se sienta saturado. Espera no alcanzar ese punto en un futuro próximo, lo cierto es que anhela poder tomar una decisión ese mismo domingo, a más tardar en la noche para poder tener esa conversación el lunes cuando se encuentre con el señor Styles y no tener que angustiarse con el hecho de tener que verlo y no saber qué decirle al todavía no tener una respuesta para darle.

Sería una pesadilla que no desea que se vuelva realidad, pero por más conveniente que le sea evitarlo, está lo suficientemente sedado —no tanto— como para simplemente enfocarse ahora en su móvil que no ha dejado de timbrar hasta ese momento.

El tono proviene de alguna parte de la habitación y su mirada se distribuye por el espacio de la cama hasta localizarlo en una esquina, al lado de la pierna de su oso de peluche que permanece inmóvil contra el espaldar, y al que todavía no puede mirar directamente a los ojos vacíos por demasiado tiempo sin que la pena decida comérselo vivo por los sucesos de la noche anterior. No recuerda haberlo dejado allí, en realidad juraría que lo puso sobre el estante, pero tampoco es como que se come la cabeza pensando en ello cuando ya se está acercando para agarrarlo.

Le echa un vistazo rápido a la pantalla, el nombre de Marina aparece en el registro claramente y Louis termina por tragar saliva por un momento antes de deslizar el dedo y descolgar.

—¿Aló?— Dice tan pronto como coloca el audio en altavoz, porque todavía sigue desnudo y tiene presente que necesita ambas manos para poder vestirse.

Esta vez lo deja reposando en la mesita de noche.

—Hola, Louis— Saluda la muchacha al otro lado, su voz esparciéndose por las cuatro paredes mientras el joven abogado se dirige hacia el cajón en el que guarda su ropa interior. —¿Cómo estás?

Louis se muerde el labio inferior, y aunque su vista está puesta entre la división de panties de tela fina y esos calzoncillos que ha estado utilizando con más frecuencia que en cualquier otro momento de su vida —porque por alguna razón le ha avergonzado la idea de mostrarle a Wyatt ese tipo de interés, y ahora le mata la pena de que justamente su jefe haya sido el que se ha enterado de eso por culpa de unas imágenes que juraba que no estaban destinadas a él—, todo lo que puede pensar es en que, honestamente, no está demasiado bien.

En realidad, continúa estando en el mismo peldaño de una escalera de confusión a la que lo han empujado en contra de su voluntad, allí en donde ya le duelen los pies de tanto estar parado y casi llora por la imposibilidad de sentarse, aunque sea unos cuantos minutos. Le ha llegado a molestar la cabeza desde hace media hora también, ahí en algún instante en el que su estrés ha decidido hacer acto de presencia y lo ha afectado lo suficiente como para tener que tomarse un calmante o corría el riesgo de explotar.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora