Capítulo 83

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Louis se pone de pie estirando los músculos de su cuerpo y va hacia la cocina para prepararse ese café que ha mencionado y que no ha sido ni de cerca una broma al expresar que lo está necesitando.

El proceso de preparación es bastante sencillo y rápido cuando las acciones le salen en automático, y pronto está regresando al comedor con una taza entre los dedos y la voluntad para continuar con el documento casi pendiendo de un hilo.

Se supone que debe ocupar el mismo asiento de antes, sin embargo, no le apetece continuar desgastándose el trasero con toda la desconsideración del universo. Así que toma el contrato junto a su bolígrafo con la mano libre y se traslada hacia su habitación con la intención de proporcionarse, aunque sea un ápice de comodidad.

Enciende el ventilador con cierta dificultad, y avanza hacia la cama para dejar la taza sobre la mesita de noche y tomar asiento en la esquina del colchón. Agarra al enorme oso de peluche que lo acompaña durante las noches y lo acomoda contra el espaldar para poder apoyarse en él y recostarse sobre esa peluda y rellena panza, entre unos brazos que casi se cierran sobre él y que no lo asfixian solamente porque no es posible.

Su torso queda doblado en una posición semisentada que le permite estar más cómodo de lo que ha podido estarlo en el comedor. Extiende el brazo para alcanzar su bebida y usa sus muslos como soporte para el documento cuya lectura retoma tras dar un buen sorbo que termina quemándose la lengua.

Sisea en una mezcla de dolor y de disgusto, deja la porcelana a un lado antes de hundirse entre la felpa y todo ese pelaje azul que lo resguarda de todos los males y enfoca la vista en el papel. Se ha quedado en el penúltimo castigo, y no tarda en pasar al último resignándose a la idea de que su trasero tiene un ochenta por ciento de probabilidades de quedar destrozado con esos diez latigazos que su jefe promete propinarle si alguna vez llega a faltarle el respeto.

Pasa a la sección centrada en la escala de dolor, y aquí Louis ve que debe participar al responder los incisos que se desarrollan entre las cláusulas. Se muerde la esquina del labio inferior leyendo el primer enunciado: Actitud general del sumiso frente al recibimiento de dolor. Debe contestar con una puntuación de 1 a 5, sabiendo que 1 equivale a le gusta mucho y 5 le disgusta, y no puede evitar la diminuta sonrisa casi burlona que se quiere estirar en sus comisuras al pensar en que esto parece uno de esos exámenes de opción múltiple que le daban en el instituto.

Por supuesto, esas pruebas no tenían nada que ver con el erotismo ni la sumisión, pero la semblanza le parece divertida y no le hace daño de ninguna manera.

Responde dos, considerando que tiene buena resistencia al dolor —el que se vincula a la lujuria, claro— y pasa a la próxima pregunta que consiste en la cantidad de dolor que está supuesto a recibir. Coloca otro dos, solo porque tiene esta absurda creencia de que Harry encontrará ridículo que haya escrito un uno, pero se rehúse al fisting.

Las dos cláusulas siguientes están destinadas al dominante y se basan en lo mismo, pero desde su perspectiva, y en la quinta cuestión se desglosan diversos tipos de acciones que Louis repasa uno por uno mientras va dibujando los dígitos con ayuda de su lapicero.

Azotes, uno.

Palas, uno.

Flagelación, dos.

Azotes con vara, dos.

Bofetadas en el rostro, cuatro.

Bofetadas en otras partes del cuerpo, tres.

Mordidas, uno.

Pinzas para pezones, uno.

Pinzas en otras partes del cuerpo, tres y un signo de interrogación.

Crema caliente, dos.

Make daddy proud I ✦ daddykink! [ls] | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora