CAPÍTULO 40

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Caminé de manera veloz hacia la dirección que había colocado en el mensaje donde había citado a la cucaracha, se me hacía tarde, pero dudaba que se fuera sin que nadie apareciera. No, Juno, no era tan impaciente como para no esperar un poco más de la hora acordada.

Mientras caminaba, o corría, mejor dicho, repasaba el plan en mi cabeza una y otra vez. No era muy complejo, pero sí difícil de llevar a cabo, pues, esta vez iría de frente, ya no actuaría más como una espía. Esta vez, el castigo sería dado por mis propias manos. Si Juno, a futuro quisiera tomar represalias, sería mucho más fácil comprobar mi culpabilidad. Pero, siendo consciente de esto, aún así no me acobardé. Estaba dispuesta a enfrentar las futuras y posibles consecuencias.

Le había sacado su casa, y también su trabajo, sólo quedaba mi última parte del plan, esta vez el castigo sería uno que no podría borrar y la acompañaría por siempre. O por lo menos esa era la idea. Quería que Juno se arrepintiera de por vida por lo que había hecho.

Mis pasos se detuvieron de manera abrupta al llegar. Se trataba de una obra en construcción que parecía abandonada. No parecía, lo estaba. Había vigilado el lugar la última semana y definitivamente nunca había visto a ningún albañil continuar con el trabajo. Este edificio a medio hacer lo había visto una vez que me desvié de camino a mi casa del trabajo. Parecía el lugar perfecto para llevar a cabo una venganza, el barrio era bastante desolado, Juno podría gritar tanto como quisiera por ayuda, seguramente el alma más cercana que pudiera escucharla se encontraría a cinco cuadras a la redonda.

Antes de ingresar, me detuve un segundo a replantearme qué diablos estaba haciendo. Había hecho cosas muy malas en mi vida, pero nunca algo como esto. Hoy realmente pasaría mi límite.

Pensé en darme la media vuelta y dejar todo como estaba. Talvez... talvez estaba exagerando.

Marcus fue el que me engañó, no Juno. No, no, no, ¿Qué diablos estaba pensando?

¡Toda la culpa recaía sólo en ella!, esa maldita había interferido entre nosotros y engañado a Marcus de alguna manera, estaba segura, para que decidiera engañarme. No encontraba otra explicación, pues, no había otra forma de que Marcus hubiera hecho lo que hizo, si no fuera por esa cucaracha. Y tenía que averiguarlo hoy.

Sí, definitivamente esto era algo que tenía que hacer.

Cerré los ojos cuando una paloma salió volando de una de las vigas, levantando polvo alrededor. Me acomodé la mochila que pendía de los hombros, y comencé a caminar hacia el interior completamente decidida y convencida que esto era lo correcto. En el centro de la obra, se encontraba una chica, esperando a Marcus. Pero, para mi sorpresa, no se vio sorprendida al ver que quién se reunía con ella no era quién esperaba.

Ella se mantuvo en silencio, y yo también lo hice mientras caminaba el trayecto que me separaba de ella. Me detuve a unos tres metros antes de llegar a la cucaracha. Miré a mi alrededor, el sol se filtraba a través de las columnas creando una especie de sombra parecida a una red gigante, y Juno, se ubicaba justo en el medio, como si fuera un insecto atrapado. Eso me convertía a mí en la araña, que había entretejido todos los hilos que la habían llevado a este preciso momento. La había engañado, la había atrapado, y ahora la aplastaría.

— No te ves muy sorprendida de verme — le dije. Mi voz rebotó en los espacios de la obra, creando eco.

Juno se removió en el lugar, de manera nerviosa. Estaba temblando un poco, definitivamente, que no le sorprenda no significaba que pudiera estar preparada para enfrentarme, no... todavía le faltaba mucho para eso.

— Supuse que se trataba de ti — dijo con voz algo débil, como si toda mi persona le atemorizaba, me miraba como se mira a una desquiciada, a una persona no cuerda y peligrosa —. No podía ser Marcus, él... no se ha vuelto a comunicar conmigo desde... ese día — no necesité que lo explique mejor para entender a qué día se refería. Sí, el mismo día que Marcus me había engañado, ese día que había recibido la foto de él sobre su cama.

FLASHBACK IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora