Esta era la primera vez que iba a la casa que compró para nosotros, así que estaba nerviosa. Era una casa grande y hermosa, no tanto como la de Lea, por supuesto, Marcus no era millonario, pero había conseguido esta casa a un buen precio y en una ubicación envidiable.
Sostuve a Jaseth entre brazos mientras él abría la puerta principal para nosotras. Ingresé al edificio de manera desconfiada, no era como si esperara encontrar algo que me asustara como un esqueleto o una bruja con su caldero, pero, no por eso dejé de inspeccionar el lugar con ojos inquisitivos, buscando cualquier pequeño detalle para decir: ¡Ajá! ¿Cómo pretendes que Jaseth y yo vivamos en esta pocilga?, pero por más que busqué no hallé nada criticable. Todo era perfecto, incluso parecía que los muebles habían sido seleccionados con cuidado para Jaseth una vez que aprendiera a caminar, todas las mesas tenían esquinas redondeadas y las superficies de cristal habían sido reemplazadas por madera segura e irrompible. Incluso todos los objetos que podrían resultar potencialmente peligrosos, como adornos de porcelana, con extremidades punzantes y elementos tóxicos de limpieza, estaban todos lejos del alcance de un bebé. Todo era perfecto, incluso al respirar, se podía percibir un pequeño tufillo a cítricos en el ambiente, muy diferente a la atmósfera enmohecida de mi horrible habitación rentada. Sí, en todos los aspectos esta casa salía vencedora.
Tenía que darle créditos a Marcus, se había esforzado.
— Quiero presentarte a alguien — fue lo primero que dijo Marcus al estar todos dentro.
— ¿A quién?
— A Arthy.
— ¿Quién es Arthy? — nunca había escuchado ese nombre.
— La culpable de esto — me dijo mostrándome los arañazos de su brazo, esos que había visto por accidente pero que fingí no descubrir.
Abrí la boca con sorpresa.
¿Así que la mujer que le había hecho eso vivía en esta casa? ¡Y pretendía presentármela!
Fruncí el entrecejo. Hoy asesinaría a Marcus y a su amante por ser tan descarados de refregarme su relación en la cara. ¿Por quién me tomaban?
— Ven por aquí. Suele dormir en mi cama.
¡Esto es indignante!
Estuve a punto de golpearle en la nuca con uno de esos estúpidos adornos de porcelana que estaban sobre los estantes, si no fuera porque me detuvo emocionado.
— Allí está, ¿no es linda?
Volví a colocar el adorno de vuelta en su lugar cuando entendí que Arthy era un gato. ¡Un maldito gato negro!
— ¿Qué haces con eso? — me preguntó Marcus al verme colocar el adorno de vuelta en el estante.
— Sólo lo estoy acomodando, se había caído — mentí.
La gata se desperezó al notar la presencia del chico y corrió hasta nosotros. Arthy se refregó entre sus pies como si le reclamara algo de atención.
— ¿Me extrañaste? — dijo elevándola del suelo. La sostuvo entre sus brazos como a un bebé y la acercó a Jaseth. Nuestra hija rio al ver a la gatita a un metro de distancia de ella. Y extendió los brazos para intentar tomarla por su cuenta — Parece que se llevarán bien.
Depositamos a ambas sobre la alfombra de la sala y vimos como Arthy se acercaba lentamente a la bebé. Al principio tuve miedo de que la lastimara, pero resultó ser una gata muy dulce con la pequeña.
Minutos después estaban las dos dormidas sobre la alfombra, abrazadas como si fueran hermanitas gatunas.
— ¿Por qué Arthy? — le pregunté mientras ambos estábamos sentados sobre el sillón, vigilando a nuestra bebé dormir.
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FLASHBACK III
Romance*ADVERTENCIA* Esta historia es la tercera parte de "FLASHBACK". Puedes encontrar las precuela en mi perfil.